jueves, 29 de octubre de 2009

Calaveras


MARIO MARIN

La calaca feminista
Ansiosa por darle fin
Llegó hasta Mario Marín
Con sus pecados en lista.

Tras el escándalo dado
Le reclamó la impostura
De la crisis que ya dura
De un gobierno arrinconado

La muerte desconcertada
No halló respuesta en Marín
Le picó la panza al fin
Pero el hombre no hizo nada

De su poder no hizo gala
Estaba inerte el priísta
Que con capricho nihilista
Sólo pensaba en Zavala.

“Oh Señor, dime si es cierto
Que esta tarea es imposible
Me pides algo terrible:
Matar a quien ya está muerto”.


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