miércoles, 3 de noviembre de 2010

En la eterna noche


La tarde de este día de 1931 se inaugura el cine sonoro en México con la película Santa, inspirada en la novela de Federico Gamboa con música de Agustín Lara.

El filme, protagonizado por la actriz Lupita Tovar, cuenta la historia de una joven de un pueblo cercano a la Ciudad de México que es engañada por un militar que la enamora para después abandonarla en medio de la vergüenza y la deshonra familiar, por lo que se ve precisada a refugiarse en un prostíbulo dedicada… claro, a la prostitución.

Basada en la novela homónima de Gamboa, de 1903, es estrenada en la ciudad capital en medio de gran expectación. Esta Santa era la segunda adaptación cinematográfica del exitoso libro y aparecían en ella todas las estrellas habidas y por haber de la creciente industria de cine mexicana. A pesar de sus buenos propósitos, no logra sin embargo retratar fielmente aquella sociedad fragmentada que Gamboa había descrito brillantemente en la novela:

“... si la comezón aprieta y la policía rasca, sale a la cara la lepra social, se ven en las calles adoquinadas, las de suntuosos edificios y de tiendas ricas, fisonomías carcelarias, pies descalzos de los escapados de la razzia, que se escurren en silencio, a menudo trote, semejantes a los piojos que por acaso cruzan un vestido de precio de persona limpia. Caminan aislados, disueltas las familias y desolados los parentescos: aquí el padre, la madre, allí el hijo por su cuenta, y nadie se detiene, sabe a dónde van, al otro arrabal, al otro extremo, a la soledad y a las tinieblas”. *

“… de mi desconsuelo, tú has sido la estrella que alumbró mi cielo…”

* Citado por Carlos Monsiváis en Aires de Familia, Anagrama, 2000, p. 17



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