Germán y Rosita son los dueños de un campamento con wifi (supuestamente) y agua caliente frente al mar. Él es pescador y ella gerente, aunque también resuelve los problemas más inverosímiles que se suscitan a todas horas; hace comida, pan, mermeladas deliciosas y atiende a sus comensales en general. Un ambiente hogareño, sobre todo porque nos tocó una recámara en la planta baja de la casa en donde estaba la sala con un televisor de dimensiones extrasensoriales, el comedor y una cocina tradicional chilota (gentilicio de los habitantes de Chiloé), donde una estufa de leña de aspecto europeo, con tiro central hacia el exterior, está rodeada de sillones y es el lugar en donde los chilotas pasan buena parte de su crudo invierno. En Tenaún tuvimos una probada del típico clima del sur chileno: lluvia y frío casi permanentes, que debido al cambio climático (a Trump, el ozono, la modernidad y no poca suerte) apenas conocimos los últimos cuatro días de nuestra estancia en el sur, pues la...