En un viejo chiste mexicano se hace una pregunta capciosa: ¿cómo se dice camión urbano en alemán? La respuesta era: “subenestrujanbajan”. El chiste lo entendemos muy bien en México porque acá transporte urbano es sinónimo de maltrato y riesgo: subes, te estrujan y te bajan. Hay en la cultura automovilística de nuestro país una inclinación a la violencia identificable en los nombres populares que tienen algunas funciones en el manejo de un vehículo. No se avanza, se arranca; al frenar con cierta violencia “te amarras”; para dar una vuelta a izquierda o derecha das un “volantazo”; si llevas a alguien le estás dando “un aventón”, no limpias el parabrisas le das un “trapazo”, a la defensa le llaman “tumba burros” y cuando tienes un accidente: “te pusiste en la madre”. El agente de tránsito “muerde”, los conductores extorsionados son mordidos. La violencia es parte sustantiva en nuestra transportación. Subirse a un autobús en el Paseo Bravo de la ciudad de Puebla y viajar al su...