Ante un carácter impertinente como el mío, el ejercicio de este blog ha sido una intensa lucha de contención, de represión cotidiana a un impulso que casi me obliga a decir más de lo necesario, más de lo conveniente. Y la lucha contra esa conveniencia ha sido el detonador de las entregas, sus posibles virtudes y sus evidentes defectos, que son los míos, en un difícil año que felizmente termina. Hasta nunca 2009. Creo que el blog está cortado a la medida de los tiempos. Los desconocidos del mundo también necesitamos gritar nuestra existencia y sobarnos el alma (que es el ego) de vez en cuando, y en esto el blog llegó a mi vida que ni mandado a hacer. Ante todo me produce satisfacción, me obliga a una actitud, como que me determina a una acción necesariamente social. Medir eso en la escala del éxito es innecesario. El blog libera al espíritu humano y ejerce ante todo una satisfacción interna que no importa si tiene éxito o no. O mejor, ese es su éxito, desde que irrumpió en las posibilid...