domingo, 31 de mayo de 2009

Rezagos


Mi recuerdo de aquellos ocho meses en que fui un precoz jefe de oficina en la Dirección de Telecomunicaciones del Centro Scop, con sólo 23 años, tres décadas después, es muy grato, como lo fue mi estancia entera en la secretaría de comunicaciones y transportes; un burócrata de cepa que nació y vivió su infancia y juventud en una oficina de telégrafos, nunca se me dificultó ambientarme, en lo más mínimo. A aquella oficina a la que entraba puntualmente a las ocho de la mañana y salía en la noche, la recuerdo como una orgía de trabajo en la que intervienen voces y cajonazos; teléfonos y máquinas de escribir de ruidosas teclas expulsando facturas de sus rodillos negros. Mis queridos compañeros, cómplices insobornables mientras no se convirtieran en enemigos jurados. Afinidad sellada en incontables borracheras grupales de fines de semana. Una existencia profundamente gregaria. La atención a clientes fue algo que se me dio con naturalidad. Educado en la disciplina y honradez de mi papá, tampoco se me dificultó ser un burócrata honesto y atingente. Yo creo que hasta mi tipo físico se presta para esa presentación de servidor público detrás de un escritorio o una ventanilla. “Con mucho gusto, mire…” Como le respondí a una funcionaria de Notimex que me envió un sobre con dinero -¡qué necesidad de estar corrompiendo a la gente de parte de una agencia de gobierno!-, el mensajero me lo señaló con ojos pícaros y yo no me ensañé con él, sino que tomé el sobre y sin abrirlo lo metí al rodillo de la máquina de escribir y escribí un mensaje sobre la honestidad administrativa que entonces pregonaba demagógicamente el presidente De la Madrid, porque a final de cuentas yo era funcionario de su gobierno. El mensajero palideció y yo le dije que no se preocupara, que me hiciera el favor de entregarle el sobre a la licenciada. Qué culpa tenía el envejecido office boy para ensañarme con él. Al rato me llamó la licenciada deshaciéndose en disculpas. “Vamos a eliminar esa costumbre”, le dije. Igual pasó con un senador que intercedió por un amigo industrial de Naucalpan que quería pasarse de listo. Cuando salió a colación la posibilidad de un “regalito” le dije al senador que si acaso me estaba intentando sobornar lo pensara mejor, su amigo no había sido honesto con nosotros y nos había engañado. Y él, con su propuesta inmoral, lo estaba protegiendo. Palideció a través de la línea telefónica y no volvió a llamarme. Porque, por absurdo que fuera, aquellos empleados de categoría intermedia teníamos el poder de perdonar mucha lana en multas y recargos sobre el pago original. Cosa que yo hice sin chistar, manga ancha al perdón siempre y cuando pagaran lo que nos debían. Perdonamos a mucha gente necesitada que había abusado de sus deudas por evidente error de ambos, pues nunca se las habían cobrado, y asumí que eso también era parte de nuestro servicio. Amabilidad y buena ondés, como debería ser la burocracia, para que no sienta uno que un empleado amargado se quiere ensañar con nuestro deteriorado activo pecuniario. Y eso nos tenía contentos a todos. Clientes felices, jefes felices y empleados felices porque la armonía prevalecía en nuestras relaciones sociales. El rezago fue abatido, no lesionamos los intereses de nadie y limpiamos aquella cloaca administrativa de la Dirección General de Telecomunicaciones.



sábado, 30 de mayo de 2009

El color de Dios


Salí de la conferencia que la Doctora Consuelo Maquívar ofreció en la biblioteca la Fragua de la Universidad de Puebla extrañamente iluminado. El tema era sobre la iconografía Trinitaria, que en castellano quería decir las representaciones de la Santísima Trinidad, es decir, padre, hijo y espíritu santo (viejo, joven y la palomita), pero ahí no acaba la cosa, pues ésta es tan sólo la clásica. Hay dos representaciones trinitarias más: la antropomorfa –tres sujetos iguales- y la trifásica, tres sujetos en uno, apenas conocida, pues fue terminantemente prohibida por la Inquisición.

Después de días de andar masticando imágenes, me puse a trabajar en la elaboración de
una serie de piezas de barro que buscaran explicar, tres siglos después, las razones de la Inquisición para prohibir la Trinidad Trifásica y, un año después, luego de dos docenas de piezas, puedo afirmar que no tengo idea de las razones inquisitoriales, aunque sí –me atrevo a decir- de las motivaciones de los artesanos novohispanos que buscaron encajar en una sola cabeza los tres personajes de la Trinidad. Pero esa es obra plástica, tendrá que hablar por sí misma. Lo interesante fue el encuentro de una temática muy vigorosa en el antiguo arte colonial, que se podría pensar superado.

La investigación de la doctora Maquívar me abrió los ojos sobre la importancia de la iconografía religiosa en los propósitos de un gremio muy difuso de artesanos que manipulan la materia artesanal (barro, pintura, vidrio, metal) cada vez con menos imaginación. De los luchadores de madera a los bodegones del Barrio del Artista. El arte popular comercial –el que se ve y se vende en nuestras ciudades- no ha sabido transitar a nuevas interpretaciones de sus propósitos mismos, los originales, y se copia al infinito.

Como sea, mi trabajo sobre la Trinidad Trifásica es un esfuerzo que busca en el quehacer artesanal motivaciones que enriquezcan ese simple placer, sin ánimo de escándalo, de provocación del tipo de la virgen desnuda, pero en la idea de provocar viejos anhelos y reflexiones propias sobre esa metáfora de Dios que es la Santísima Trinidad.

Sigue el ejercicio de cocer y pintar esas piezas, pero ¿de qué color es Dios?



viernes, 29 de mayo de 2009

Martha


Estoy corrigiendo el estilo de un libro sobre el horóscopo chino que previsiblemente dice una sarta de tonterías sobre las personas nacidas bajo el signo de los diferentes animales que lo conforman, que son doce –creo, porque apenas voy a la mitad-. El libro es una copia mal hecha de otras copias mal hechas de otras copias mal hechas seguramente traducidas del inglés, de traducciones mal encaminadas del idioma chino.
Creo que su defecto principal está en traducir literalmente la zoología al destino de los signos respectivos, es decir, ve las características “animales” de los signos y abusa de esa circunstancia, por ejemplo: el caballo “siempre corriendo”, el tigre “fiero” o el borrego “tímido”. Sin embargo, entre las líneas, hay un tufillo de orientalismo que me recuerda algunos buenos momentos de lecturas de I Chin. Como no soy especialista ni lo voy a ser, me he dejado llevar por la gramática pero siempre teniendo presente a una persona específica sobre la cual pensar a la hora del signo. En la rata: Malú y Pancho, dos extremos de los roedores cuyas vidas me fueron muy útiles en la redacción: inteligentes, sagaces, chingaquedito, apreciados y egoístas. El Buey, que ni mandado a hacer para mi venerado padre: hiperactivo, perseverante, decidido y amistoso –en sus características positivas, debo aclararlo; el Tigre, mi querido Tono: resistente, impulsivo y obstinado, y ahora voy en el Conejo, especialmente dedicado a ti, Martha, en pleno cumple –no digo el año porque los Conejos odian esta clase de balconeos-, que se distingue por su sabiduría. Más allá del horóscopo chino y sobre todo de estas traducciones de traducciones, copias de recopias que llegan a nuestras manos, quiero enfatizar en esta entrega lo atinado que resulta este atributo para una persona como tú, que siempre se ha distinguido por su sabiduría, tu tino para aconsejar, tu discreto liderazgo familiar. Tal vez el animal no sea espectacular –dímelo a mí, que soy un pobre Gallo-, pero tú sí lo eres y, lo más interesante, es que siempre lo has sido. Te mando un beso y un abrazo muy fuerte y ruego a las deidades de la astrología china que cumplas muchos más años, que llegues a ser una viejita, sabia de por sí, que siga iluminando nuestras vidas. Aunque termines con una carita chiquita y arrugada de conejo. Es el destino, querida.



jueves, 28 de mayo de 2009

Jueves de suspenso


Contenido de una caja de cassettes hallados en una bodega de la Universidad de Puebla, vinculados a los asesinatos del negociante de arte Raymundo Ortiz y de su acompañante, la fotógrafa Nadia N., ocurridos el 10 de agosto de 1994.
Trascripción.

Tape 12 A
Rótulo: Nadia frente a catedral

Son estados con una gran riqueza en arte y cultura religiosa ciudades como Puebla, Tlaxcala, Querétaro, Guanajuato, San Luis Potosí, Jalisco, México y todo Morelos, además del Distrito Federal. Es decir, casi toda la zona centro del país.

Espera, para.
Qué pasa
Esto está muy idiota. Está mal escrito.
Nomás léelo.
No, Raymundo, habla de ciudades o de estados, es incoherente, parece que lo escribió un gringo.
A ver, sigue leyendo. Va, grabando.

Cifras del Instituto Nacional de Antropología e Historia revelan que en promedio se denuncian al año 200 robos de arte sacro en inmuebles religiosos, sin embargo, el número de saqueos puede ser mayor, debido al número de robos que no se denuncian y porque aún no existe un inventario exacto del patrimonio nacional, que se encuentra bajo el resguardo de las iglesias.

No tiene sentido, Ray. CORTE



miércoles, 27 de mayo de 2009

La banda de los cuatro


Para terminar el tema de la vaca lechera, quisiera detenerme brevemente en la presunta existencia de cuatro estómagos en estos amables animales. Pues bien, es cierto. Famoso comedor de pancita, por la que fui capaz de atravesar la ciudad de México, de Coyoacán hasta Satélite, buscando calidad en las panzas, nunca superé la barrera de la ignorancia y siempre fui incapaz de pedir “librillo” o “cuajar” como otros avezados consumidores.

- Un mole
- ¿de panza?
- Pus sí.

Popularmente los estómagos de una vaca se conocen con los nombres de panza, bonete, librillo y cuajar. El primero lo utilizan para remojar la pastura que comen, el segundo para deglutir esa pastura que mastican durante todo el día, el tercero y cuarto para procesar y fermentar.

Pero una forma más especializada de ver este proceso con sus nombres y funciones médicas correctas, resulta que puede hablarse también de un solo estómago, con cuatro funciones: la vaca es un animal rumiante, que en su etapa adulta cuenta con un estómago de cuatro compartimentos gástricos en función: el rumen, el retículo, el omaso y el abomaso. Estas cavidades estomacales tienen diferentes actividades en el proceso de la digestión de sus alimentos. Ahora, como se aprecia en la ilustración del interior de la vaca, claramente son cuatro las cosas mencionadas.

El retículo y rumen son los primeros estómagos de los rumiantes. El contenido del retículo es mezclado con los del rumen todo el tiempo. Los dos estómagos comparten una cantidad enorme de microorganismos (bacterias, protozoos y fungi) que les ayudan a ablandar y procesar la pastura que comen. El tercer estómago se llama omaso y tiene una capacidad de hasta 10 kilogramos de comida, tiene una alta capacidad de absorción y funciona como un órgano de transición entre el rumen y el abomaso, que es el nombre del cuarto estómago. El abomaso se parece al estómago de los animales no-rumiantes, produce ácidos muy poderosos y muchas enzimas digestivas que acabarán por deshacer y digerir completamente los fibrosos alimentos de estos animales.

La verdad no me quedó claro.


martes, 26 de mayo de 2009

El adiós del dios


En la estación de Tacubaya, la mañana de este día de 1911, había un ambiente funerario, aunque nadie había muerto... aún. Voluminosas damas se secaban sus lágrimas con pañuelos bordados; las plumas de sus sombreros ocultaban los semblantes llorosos. Elegantes caballeros de sombrero de copa y viejos militares cargados de medallas, con ridículos gorros napoleónicos, miraban la partida del tren con el último héroe de la patria: don Porfirio Díaz, a quien acompañaba su numerosa parentela. Abandonaba México para siempre jamás.

El anciano y conocido rostro de pelo y bigotes canos farfullaba un ininteligible despido a un país que amó y domó. Vestía un discreto traje negro y su mirada se perdía más allá de la gente, más allá de la estación y la ciudad de México. Era la mirada de un dios derrotado.

Así fue como la mañana de ese 26 de mayo de 1911, en una calurosa mañana de mayo en la estación de Tacubaya, con una multitud de pañuelos blancos, de caballos inquietos, de postines, listas, fantasías, exportaciones y capitales extranjeros, con el olor a guerra que inundaba a la ciudad más transparente, Porfirio Díaz se despedía del poder.


lunes, 25 de mayo de 2009

Mediocre



¿Has sentido cuando te levantas sangrón? Pues haz de cuenta, hoy no quisiera toparme ni con la pared, porque definitivamente todo me parece antipático, mal hecho, innecesario. Es el día de las cosas mal hechas que se debería institucionalizar como festejo anual a la mediocridad y al valemadrismo. Me cae que sí. Hoy es el día del reconocimiento de mis propios errores, de mis excesos y mis desvaríos improductivos. Felicito a todos los pusilánimes en su día. Los que hacemos las cosas mal y estamos orgullosos de ello. Si no orgullosos, al menos apáticos a la sanción que merecería hacer las cosas mal y no hacer nada para remediarlo. Hoy lo tolero y eso es intolerable.

domingo, 24 de mayo de 2009

Embajadas en bajada


La oficina de rezagos de la Dirección General de Telecomunicaciones tenía seis empleados administrativos que me gané para mi causa mostrando mi ordenada forma de trabajar. Durante ocho cortos meses nos volcamos sobre un archivo de varias décadas y sometimos cada documento a detallado escrutinio. Luego procedíamos a enviar un requerimiento de cobro, o a cancelar los expedientes. No era posible que estuvieran vivos todos esos expedientes desde 1943. En cuanto al télex, la estrella que me tocó lidiar, investigué cuáles eran nuestros argumentos como prestadores del servicio, enterándome de que era posible cortarles el servicio desde la propia torre de Telecomunicaciones. Comisioné a un empleado nocturno a enviar cientos de requerimientos del servicio de télex -precisamente por télex-, que era una máquina maravillosa y fácil para ese uso. Se enviaba entonces el requerimiento de pago, se amenazaba con cortar el servicio, y a los quince días comencé a cortar. Y ellos empezaron a pagar. Los rezagos de veinticuatro meses de cobranza se redujeron a dos meses, que era un promedio aceptable. Cortar el servicio fue una decisión mía con el apoyo de mi jefe Vargas, el subdirector. Todo fue bien y mis bonos crecieron considerablemente pues no sólo estaba limpiando el gallinero sino, encima de todo, generando lana. Hasta que, con muy poco tacto diplomático, envié mensajes amenazadores a las embajadas morosas -que las había-, para no hablar de las otras dependencias de gobierno, como las secretarías (Educación, Salud, Seguridad, etc.), que tenían rezagos escandalosos, pues nunca habían pagado. Pero esos eran intocables, sus deudas se apilaban y ya. Una embajada centroamericana vino muy humilde a rogarnos que no les cortáramos el servicio de télex, su mejor medio de comunicación, pero para ese momento ya había ocurrido un desastre diplomático con Austria, por lo que le aseguré al emisario que no se preocupara y que, debiera lo que debiera, no íbamos a cortar el servicio de ninguna embajada. Es más, ni siquiera les íbamos a avisar que nos debían. El hombre se retiró muy complacido y seguramente nuestras relaciones diplomáticas se fortalecieron. Pero cuando le enviamos el “requerimiento de pago” a la embajada de Austria, una semana antes, el embajador en persona vino a la Torre y puso como lazo de cochino a mis superiores jefes, del subdirector Vargas para arriba. En la torre. Fue tan grave la regañada que prefirieron echarle tierra al asunto, a mi nivel de jefe de oficina llegó como un eco. Me enteré mucho después de que había sucedido. Ese día, simplemente, recibí una orden muy clara de sacar a las embajadas de nuestros planes de cobranza. Vulgares cobros domésticos, que son tan normales para nosotros, adoptaban una gravedad administrativa, francamente escandalosa, para ellos.


sábado, 23 de mayo de 2009

Atahualpa


Este día de 1992 muere el veterano músico argentino Atahualpa Yupanqui, un poeta musical que nos llevó de la mano en los años sesenta y setenta hacia la insurrección, aunque fuera también poética.

Renegábamos entonces contra todo: la familia, las convenciones sociales, los gobiernos autoritarios, la sexualidad restringida, la farsa de la libertad y la corbata que simbolizaba un mundo de licenciados del que queríamos huir. Éramos unos renegados que abrazamos con olímpica candidez todo aquello que nos llegaba de donde fuera con olor a izquierda, a peña, a revolución cubana. Entonces dejábamos nuestros pelos largos largos y las muchachas usaban luengas faldas de manufactura hindú; asumíamos el compromiso social como una obligación sin discusiones y odiábamos ganarnos la triste etiqueta de pequeñoburgués. Diego Fernández de Ceballos nos llamaría muchos años después piojosos.

Ahí estaba Atahualpa, un abuelo de cara amable con enormes bolsas bajo los ojos, que engrasaba los ejes de su carreta y nos invitaba en sus milongas a penetrar el insondable mundo –desconocido, pues- de nuestros hermanos en el cono sur, a quienes apaleaban cada tercer día las dictaduras militares. Por eso Atahualpa Yupanqui fue importante: porque odiaba el silencio como todos nosotros, le tenía rabia.


viernes, 22 de mayo de 2009

Numeralia del AM

A principios del año 2008, con la ayuda de Aurelia y Felícitas, hice cálculos sobre el volumen del acervo documental del Archivo Municipal. Me interesaba saber cuál era el tamaño del número de fojas susceptibles de ser digitalizadas, es decir, de qué tamaño sería el esfuerzo de digitalizar un archivo de estas dimensiones, más por el hecho de saberlo que de hacerlo, pues de trataría de una empresa colosal de cuatro siglos de antigüedad, necesariamente vivo, pues el Ayuntamiento sigue generando documentos.
El Archivo Municipal está integrado por cinco secciones principales: Gobierno, Legislación, Expedientes, Hacienda Municipal y Administración, fondo histórico que abarca de 1531 a 2009, compuesto por cinco secciones, que entre todas reúnen 50 series, 7,061 volúmenes, 101 legajos, 19 cajas, 820 piezas, 556 expedientes y 40 ejemplares.
En total, un número muy aproximado del acervo del Archivo Municipal de Puebla es de 2 620,174 fojas, es decir, 5 239,224 páginas, por si se quisiera digitalizar.

Por secciones:

Sección Gobierno: 12 series 492 volúmenes y 556 Expedientes, que tienen en promedio 225 fojas cada uno, lo que hace un total de 125,100 fojas, o sea 250,200 páginas.
Sección Legislación: 8 series, 425 volúmenes, 820 piezas y 82 Legajos. Las fojas de la sección Legislación utilizan sólo una cara de la hoja, que suman 820 fojas.
Sección Administración: 18 series, 1,748 volúmenes, 19 cajas y 40 ejemplares. Cada una de las 19 cajas de la sección Administración contiene dos legajos, en promedio cada legajo tiene 200 fojas, lo que hace un total de 7,600 fojas, o sea, 15,200 páginas de documentos.
Sección Hacienda Municipal: 10 series 2,857 volúmenes y 19 Legajos, con un total de 15 mil fojas. (30 mil páginas)

Finalmente, la sección Expedientes: 2 series, con 1,539 volúmenes.

· Datos de enero de 2007.

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jueves, 21 de mayo de 2009

Jueves de suspenso


Contenido de una caja de cassettes hallados en una bodega de la Universidad de Puebla, vinculados a los asesinatos del negociante de arte Raymundo Ortiz y de su acompañante, la fotógrafa Nadia N., ocurridos el 10 de agosto de 1994.
Trascripción.

Tape 23 B
Rótulo: “La supuesta compra”

¿Y qué, a qué hora nos vamos?
Mmmm, tú te vas ahora, antes de que oscurezca.
¿Y tú?
No sé...
No te estarán haciendo güey, Ray ¿Cuánto pagaste?
Cinco mil.
Y por qué no me enseñas la pieza. ¿No hay que tomarle fotos?
No la puedo andar trayendo, es grande.
¿Dónde está?
En el estacio...
¿tú la tienes?
No... en el estacionamiento de la compañía de traslados, en el flete.
Tanto desmadre para un objeto de cinco mil pesos.
Es el tamaño, Nadia, es el tamaño lo que es un desmadre.
Vamos a tomar una copa de vino al Vittorios y sirve que cenamos algo.
Ya, apaga esa madre. CORTE



miércoles, 20 de mayo de 2009

Rap noticioso


El Universal publica el día de hoy un video del rapero Akil Ammar que ofrece la modalidad de dar las noticias a ritmo de rap. No pude resistir la tentación de escribirle un guión para sus noticias de la tarde. O de mañana, o para dentro de un mes. O, como dijo José Alfredo, para todo el año. Va.


Llegó el virus con su mal
Infectando a más de mil
Calderón mostró lo vil
De su gobierno social
De qué tamaño el ardid
Que mostró las mañas finas
De la familia Salinas
De acuerdo a De la Madrid
México lindo y querido
Salpican lodo en los charcos
De acusaciones de narcos
No se salva ni un partido
En Morelos la lección
Que a nadie sorprendería
Que al cuerpo de policía
Lo ataca la corrupción
Dejaron las arcas secas
Un peligro muy real
Es el de los Monreal
Del sufrido Zacatecas
Pa seguir fregando hermanos
En la corte hay mucha tela
Donde Góngora y Azuela
Quieren derechos humanos
Y ante abundante cinismo
Que esto sirva de lección
En la próxima elección
Ganará el abstencionismo
Un dato para más seña
De este país indignado:
El crimen organizado
Que diario a Pemex ordeña
Nuestros males no terminan
Con políticos que mienten
Ciudadanos que disienten
Reclusos que se amotinan
Hasta aquí nuestros reportes
De las noticias primeras
Para sufrir de a de veras
Pasemos a los deportes
En deportes nadie brilla
Medalla a la inconsistencia
Pues vemos la prominencia
De equipos de pacotilla
El campeón por estos lares
Que en la final se resuelva
Dando el triunfo para el Puebla
O para indios de Juárez
Si a ustedes les da la gana
Ver noticias sin demora
Escúchenos cada hora
Si no nos vemos mañana.

Y así…


martes, 19 de mayo de 2009

El valor de una madre


Yo sé que puedo cansarte con estos temas, pero es que no resisto imaginar tu cara al conocer datos estrambóticos como éstos de las vacas, resultado de la investigación que realicé para una asociación ganadera. Es decir, los citadinos ¿qué carajos sabemos de las vacas?

La vaca lechera es un noble y pacífico animal rumiante que en edad adulta pesa entre 450 y 600 kilogramos. Como a los dos años y medio la vaca está capacitada para producir, primero becerritos y luego leche, labores a la que estará destinada el resto de su vida, que tiene una duración de entre 10 y 12 años.

Cuando una vaca lechera es cruzada con un semental, que es un toro elegido para ser el padre de los becerritos, la vaca queda embarazada durante nueve meses, como los humanos, luego de los cuales tiene una cría. No es recomendable que tenga más de una, pues lo que interesa es su producción de leche.

Cuando nace el becerro se le deja estar con su mamá muy poco tiempo, pues a los tres días, después del calostro, es separado de la vaca y conducido un área de bebés donde se les atenderá cariñosamente con enormes mamilas llenas de leche y complementos para que crezcan sanos. El becerro debe tomar un 10% de su peso corporal de leche, por lo que si su peso es de cincuenta kilos, debe dársele una mamila de cinco litros de leche dos veces al día. Este régimen dura aproximadamente un mes, cuando se hacen mayores y dejan de tomar sólo leche. Entonces el becerrito empieza a adaptarse a otro tipo de alimentación, comienza a comportarse igual que los adultos y a utilizar los cuatro estómagos que tiene, como rumiante que es. Luego te hablo de los cuatro estómagos.



lunes, 18 de mayo de 2009

domingo, 17 de mayo de 2009

Como te veo me vi


Hoy se festeja el Día Mundial de las Telecomunicaciones, celebrado desde 1965 para conmemorar la primera Convención Internacional Telegráfica de 1865 en París. Era un llamado a generar nuevas fuentes de comunicación que fue puntualmente obedecido por la ciencia y los científicos, que hicieron de la rudimentaria telegrafía Morse un despliegue de técnicas que hoy nos tiene en la Internet, y que por supuesto no ha llegado a su final. Y es en las telecomunicaciones donde México, en su consabida vecindad con los Estados Unidos, ha sido un testigo privilegiado.

Si el telégrafo llega a México cuatro años después de inventado en 1849, el teléfono tardó sólo dos años, en 1878; la radiotelegrafía se impuso aquí cuando apenas era un experimento en 1902; en la radio fuimos pioneros y contemporáneos a los sabios mundiales hacia 1921, mientras que aquí se creó una televisión a colores por el ingeniero González Camarena que aún hoy se utiliza para el circuito cerrado de Cabo Cañaveral por su definición y calidad.

Lo interesante de las telecomunicaciones es que fueron asumidas de tal forma por nuestras maneras de vivir, que hoy nuestro entorno sería inexplicable sin la presencia de la telecomunicación. Del telégrafo al Internet, a la red de información bancaria y la orden eléctrica que impulsa los misiles, hoy nada es explicable sin la presencia de la comunicación eléctrica, a la que la vida misma está tan ligada, y por desgracia, también la muerte.

Trabajé diez años en la torre central de Telecomunicaciones, en el centro Scop de la ciudad de México, primero como auxiliar de contabilidad y después como investigador histórico en la oficina de Museo. Una de las cosas que más me llaman la atención es que, de principio a fin, el ser humano y la telecomunicación tienen para sí una misma postura para el ejercicio de las diversas comunicaciones: el telegrafista Morse, sentado en una mesa accionando con su mano derecha la llave detonadora de la clave, enviando impulsos eléctricos a la magneta y el sonador que hacían posible el envío de mensajes, y el actual internauta, sentado frente a una mesa accionando con su mano derecha el Mouse, que envía impulsos eléctricos al computador, haciendo posible la comunicación. Es interesante como esa postura no ha cambiado.



sábado, 16 de mayo de 2009

Paz


La vida el día de hoy es imparcial. Estoy alegre, estable. Mi olfato es parco pero mi mirada: un dechado de valor. Una mirada hacia el frente con la boca suspendida en una especie de sonrisa. Me gusta este día. Siento que tengo razón en creer en la humanidad, en ser optimista, soñador, confiado. Aunque todo lo vea con un espíritu irónico, con algo de humorismo y cierto sentimiento utópico. Sólo así creo en mi pequeña felicidad, tan insulsa y fragmentada, pero felicidad al fin; es una breve brisa de bienestar, es la paz.

viernes, 15 de mayo de 2009

Educaditos


Una de las grandes discusiones en México ha sido la educación elemental que debe recibir el pueblo. Desde el siglo XIX las inteligencias mexicanas se volcaron para dilucidar las formas y las modalidades en que el pueblo mexicano debería recibir, gratuita y eficientemente, la educación elemental. Dos siglos después podemos ver que faltó sustancia en esa discusión, pues la educación no sólo son escuelas primaria y secundaria, es una acción integral de los pueblos a favor de su superación humana. La educación no sólo son las letras, un pueblo es culto cuando se respeta a sí mismo; cuando se protege a sí mismo.

Luego de doscientos años de independencia es justo preguntarse sobre las cosas que se han hecho bien en la educación pública y las que se han hecho mal. Es cierto que las escuelas están en los rincones más recónditos de nuestra geografía, pero también es cierto que la calidad de la educación está supeditada a los engranajes que mueven una burocracia inmensa, gravemente enferma de corrupción y de política, cuya cabeza laboral, la maestra Elba Esther Gordillo, que infecta todo lo que toca, es la más clara y triste imagen de su situación.

El día del maestro, en consecuencia, no es un día para felicitarse de nada; mejor, es un día para pensar hasta cuándo los mexicanos permitiremos ese remedo de educación que reciben nuestros hijos, para que reflexionemos en las características que habría de tener un gobierno capaz de enfrentar los cacicazgos más nocivos que coartan cualquier intento por mejorar los destinos de la patria, los monopolios y duopolios paralizantes, las momias parapetadas en el poder por décadas hasta que los sorprende la muerte. Entonces nuestra educación, automáticamente, será mejor.



jueves, 14 de mayo de 2009

Jueves de suspenso


Contenido de una caja de cassettes hallados en una bodega de la Universidad de Puebla, vinculados a los asesinatos del negociante de arte Raymundo Ortíz y de su acompañante, la fotógrafa Nadia N., ocurridos el 10 de agosto de 1994.
Trascripción.

Tape 26 B
Rótulo: “Ray teléfono jefe”

No quiero involucrarme.
Ya estás involucrado, Ray, me hicieron pagarles y me detuvieron el tiempo suficiente para hacer la transacción. Ese dinero ya no existe.
Y yo, por encargo tuyo, tengo a la Virgen de los Dolores, una pieza robada.
En realidad yo también soy un empleado, mi Ray. El responsable es el coleccionista. Voy a hablar con él. Cada hora cuenta. Y si se trata de recuperar el dinero, él es el único que puede pagarlo. Es su responsabilidad, vamos y le dejamos su pieza y el problema es de él.
Eso nos convierte en traficantes.
Ya estamos convertidos en traficantes.
¿Crees que me creerían los judiciales?
No.
Yo tampoco.
Lo ideal es llevarlo a Coyoacán y entregarlo, recuperar el dinero y nosotros no sabemos nada.
Eres más inocente de lo que pensé.
Estamos en un lío gordo.
Déjame hablar con él. CORTE


Memoria y traición

Hace unas semanas, un anciano vino a la casa un día después de concederme una entrevista a retirar su permiso para el uso de sus palabras, pues según él me las había contado “como amigo”. Al pactar la entrevista yo le expliqué las razones y el destino de sus recuerdos: era una más de decenas que formarían un mosaico memorioso sobre la ciudad a partir de las historias individuales de sus habitantes en los últimos cien años. Me enterneció mucho Don Usted y para fortuna de ambos yo ya había trabajado su entrevista y estaba a punto de concluir la trascripción. Lo que más me intrigaba era: ¿qué creía Don Usted que me había dicho? ¿qué recordaba de lo que él consideró después como intimidades incómodas para ser ventiladas a la sociedad? Por supuesto, le aseguré que ninguna palabra, párrafo o recuerdo completo que él considerara incómodo sería insertado en mi libro, sin un segundo permiso de su parte, que en unas horas recibiría la trascripción en la que podía señalar aquellos párrafos que considerara inadecuados para su publicación. Pero que lo dicho, dicho estaba, y era tarde para desdecirse. Don Usted se fue más o menos satisfecho, dudando, no tanto de mí, que le daba tantas seguridades, sino de él mismo, cuya memoria inmediata lo traicionaba, pues no le era posible recordar lo que había dicho. Don Usted tiene 86 años de edad. Viene a cuento por el sainete develado por Carmen Aristegui respecto a una situación muy similar con el expresidentes Miguel de la Madrid, quien fue acorralado por la entrevistadora –en una cita formal, pactada y profesional- a responder con monosílabos preguntas insinuantes sobre un tema que los mexicanos adultos conocemos bastante bien sobre el otro expresidente, Salinas de Gortari y su corrupta parentela. Las respuestas de don Miguel desataron un pandemónium, y todos los que tienen algo qué decir lo gritaron a los cuatro vientos en las siguientes horas, y el día de hoy saturan los espacios de opinión de los llamados “medios” nacionales. Destaca la inmediata respuesta del propio Salinas de Gortari, muy en su estilo, donde, con la vieja estrategia de elogiarte para apuñalarte después, afirma tener mucho respeto por su antecesor para inmediatamente después poner un párrafo citado de “los medios” donde lo pone como lazo de cochino: senil, tembloroso, con lagunas mentales, sólo le faltó decir que el expresidentes de La Madrid también babea. Nadie lo ha dicho ni nadie lo dirá, qué ocurrió entre la publicación radiofónica de la entrevista de Aristegui y la triste carta de De la Madrid donde se desdice de lo dicho, transmitida anoche, pero es de suponerse que la memoria traicionera de uno fue amenazada por la memoria traicionera del otro, porque si bien, como todos sabemos, las oscuridades de la familia Salinas son un secreto a voces entre los mexicanos, hay otros kilos de secretos, ahora de la familia de los De la Madrid, que también sabemos, suponemos o al menos sospechamos. Es la memoria traicionera que recuerda, a quienes recuerdan, que los sujetos recordados también tienen, para sí, sus propios recuerdos.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Memoria y moral


Mi entrega de ayer fue gratificada con un comentario sobre la moral humana y los recuerdos. Anónimo afirma que la única moralidad humana descansa en los recuerdos; que la moral -y en consecuencia, la inmoral- está sustentada en nuestra facultad de recordar, pues si no fuera así, no "recordaríamos" ningún parámetro que le diera sustento a nuestra moral. Seríamos simples animales, más allá del bien y del mal.

Pues bien, estoy de acuerdo con Anónimo, por lo que la aclaración vale para decir que la memoria desnuda quiere incidir únicamente en el acto mismo de recordar “cualquier cosa” de nuestra niñez y primera juventud, a diferencia de “cualquier cosa” que recordemos de nuestra vida posterior, que resulta ataviada de ideologías o literaturas o disfraces que se avienen a nuestras formas actuales de pensar, muchas veces justificatorias de otros resultados que nos enorgullecen o nos sonrojan. En todo momento quiero pensar en el acto mismo de recordar, no importa qué recuerdos.

En mi experiencia personal no todos los recuerdos me enorgullecen o me complacen. De niño y de joven hice muchas estupideces que, de tarde en tarde, todavía, me sonrojan. Fui exhibicionista y cruel, abusivo y ladrón, además de ser un niño religioso y profundo, bueno como el pan y casi siempre obediente. Es decir, hay una moralidad en los recuerdos que los convierte en actos distantes agraciados o desgraciados, buenos o malos –quería evitar estas expresiones-, memorables u olvidables. Lo que no puedo hacer es dejar de recordarlos, tal vez obnubilados por el tiempo, por la distancia cronológica, pero recuerdos al fin que no puedo borrar de mi memoria. Hay, en este ejercicio cerebral, un distingo moral, una tabla que distribuye moralmente los recuerdos. Esa es quizás la razón por la que nos guardamos la mitad de ellos. Pero esa es otra discusión, pues mi idea sobre la memoria desnuda los acoge a todos por igual, los buenos y los malos recuerdos. Y en mis entrevistas prefiero que mis informantes me cuenten sus buenos recuerdos, pero tampoco tengo opción, pues por muchos deseos que tuviera de que me contaran sus malos recuerdos, esa es una decisión exclusivamente de ellos.

La memoria desnuda, entonces, son los recuerdos de las primeras etapas de nuestras vidas, los buenos y los malos, para bien o para mal. La memoria ataviada, en consecuencia, son los recuerdos de nuestra adultez.



martes, 12 de mayo de 2009

La memoria desnuda


En un artículo publicado recientemente en The New York Times y reproducido por un diario digital poblano (*), Umberto Eco afirma que “la vida no es otra cosa que el recuerdo gradual de la infancia” donde los recuerdos más nefastos pueden convertirse en recuerdos bellos y disfrutables, como los bombardeos que los sometían a húmedos sótanos en la segunda guerra mundial. O cualquier otra cosa: “aún recuerdo con cariño mis sabañones”.

En este blog yo he venido reflexionando mucho en este tema, el de los recuerdos, en su parte más formal esas reflexiones tienen que ver con dilucidar la honestidad de ciertos recuerdos frente a la liviandad de otros, pero no son exactas estas expresiones. Primero pensé en recuerdos honestos, pero eso me llevaba a pensar en recuerdos deshonestos, disipando toda objetividad para situarlos en una categoría moral. No, nada que ver. En esas andaba en diciembre cuando lo discutí con Antonio, o meses después, cuando volví a ventilarlo con Eva. La preocupación no es banal porque de alguna forma marca un planteamiento metodológico en mi trabajo sobre cien años de memoria poblana, en donde, más que la reflexión en sí misma, el desarrollo de las muchas entrevistas que llevaba formuladas y sus resultados editados, mostraban una clara tendencia a elegir solo aquellos recuerdos que tienen que ver con los recuerdos de la infancia y la primera juventud, eliminando –o casi- los recuerdos posteriores de mis informantes. Ayer, en aras de expresar esto a interlocutores del Congreso local y la universidad, volví a caer en mi disyuntiva, expresando mis sospechas de nueva cuenta y desechando de inmediato cualquier connotación moral de los recuerdos. Entonces vino a mí una metáfora que, si bien no acaba de explicar mis alegatos, me dio pie para formular de nueva cuenta esa inquietud: los recuerdos desnudos de la niñez y la juventud, frente a los recuerdos vestidos y/o disfrazados de la adultez. Y el lenguaje serían los trapos en cuestión.

Nada más frustrante para un buscador de recuerdos que la fabricación profesional de un discurso de parte de un licenciado o un ingeniero a quien le accioné el “play” y me llevo una dosis de su organizada verborrea. Sus “recuerdos” son como las páginas de un libro medianamente escrito que buscan justificar, para sí mismo, las razones y los hechos, perfectamente disfrazados, que le dieron sentido a su vida; diferentes, muy diferentes, a los recuerdos que ese mismo licenciado o ingeniero (o chofer, comerciante, ama de casa) me dice sobre su niñez o su primera juventud, cuando aún no contaba con un discurso que estructurara y maquillara (justificara, enmascarara) lo que resultó de su vida que, en última instancia, en materia de recuerdos, a todos –excepto a sí mismo- nos tiene sin cuidado. Y este es un lado flaco prácticamente del discurso escrito testimonial, las memorias, las autobiografías, los alegatos que recrean un pasado –próximo o distante- con el posible propósito de justificar los actos de nuestras vidas, del admirable Ulises Criollo vasconceliano al Derecho de réplica del ahumado empresario argentino-mexicano-argentino que tiene hoy revuelto el avispero.


La memoria desnuda, creo, es una mejor metáfora para designar esos recuerdos intocados que los seres humanos mantenemos, fieles a sí mismos, a lo largo de nuestras vidas. O no sé…



(*) http://www.laquintacolumna.com.mx/2008/agosto/columnistas/colu_eco_250808.html

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lunes, 11 de mayo de 2009

Madrecita, padrecito...


En Metlatónoc, Gro., bajamos una escarpada cañada hasta una casa junto al río, de breve corriente, bajo la techumbre, al fondo, Julia Miranda echa las tortillas junto a su nieta en un enorme comal de un metro de diámetro. Nos saluda muy amable y se sienta en una silla a platicar con nosotros, el traductor y yo también nos sentamos en unas sillas que estaban ahí. Intercambian algunas palabras y Gonzalo Añorbe traduce sin chistar.

Sí usa yerbas para curar.

Dice que ella usa cinco remedios, que son raíces y plantas, pero no se cómo traducir los nombres de esas plantas al español.

Don Julia habla largamente en amuzgo. Gonzalo traduce: “Dice la señora que hay cinco plantas medicinales, que yo en español no lo puedo traducir, como una raíz, un tallo, plantas que hacen una bebida ácida, y utiliza la albahaca, la raíz del limón y lo mezcla, eso se trasforma en medicina que ayuda a curarse de espanto, a curarse de dolor de barriga, dolor de hueso, de calentura, de sudor, cuando te agarra escalofrío, te ayuda, fiebre fuerte, con sudor, cuando no te puedes levantar. Ella dice que puede detectar en ti si tu enfermedad es enviada por Dios o es creada por otra persona o realmente te espantaste por equis causa. Ella, a través del pulso de tu corazón, de tu sangre, puede detectar el nivel de su enfermedad. Ella detecta si a ti te queda uno o dos meses de vida.

Doña Julia vuelve a hablar en amuzgo. Gonzalo traduce.

Ella va a detectar si yo estoy enfermo.

La curadora tomó el brazo de Gonzalo y lo palpó detenidamente, y tras sobarlo, lo sopla, le dice algunos rezos en castellano, donde sobresalen palabras como madrecita, padrecito, luego toma su muñeca y mide su circulación sanguínea. Entonces da su diagnóstico. El ejercicio de curación dura unos tres minutos.

Madrecita, padrecito…



domingo, 10 de mayo de 2009

Bono


Hoy no basta ser artista. En la convulsionada Irlanda, este día de 1960 nació Bono, una denominación sencilla para referir un artista complejo. Mientras el mercado de música pide temas amorosos convencionales; deslices sexuales; destrampes irreconocibles, Bono y su grupo U2 transitan el camino de la crítica social, la soledad, la destrucción de la naturaleza, el hambre en el mundo, la solidaridad...

Donde quiera que esté, y parece que estuviera en muchas partes, Bono hace sentir su pesada influencia de escrutador de los bajos fondos. Sea Tijuana, París, Nueva York, Bono se ha ganado respeto con sencilla perseverancia desde su trinchera musical. Junto al Dalai Lama, Greenpeace, Samuel Ruiz, y tantos otros héroes conocidos pero desconocidos, Bono es tratado como un luchador moderno contra la intolerancia y el abuso; la incapacidad de los gobiernos para gobernar, y de los gobernados... para protestar.


sábado, 9 de mayo de 2009

Sorpresa


Ja ja, si el humor es una parte de mi felicidad, hoy estoy de plácemes. Heme aquí, payaseando con horizontes superpuestos y relativamente ecuánime en asuntos de imaginación. Hoy quisiera sorprenderme a mí mismo imaginando  las cosas al revés. Podría producir un discurso o una cosa o un objeto de arte o qué sé yo. Siento que soy capaz de ver por debajo de la mesa, por decirlo de algún modo. Cuando se reúnen condiciones anormales, como me pasa a mí hoy, puede suceder cualquier cosa en tu vida. Puede que te duela la cabeza, pero si te concentras, estás viendo el mundo desde una perspectiva inusual. Y eso puedes aprovecharlo. No sé, yo trataré de aprovecharlo.



viernes, 8 de mayo de 2009

Morán


Cuenta Jorge Luis Borges en uno de sus maravillosos relatos, La inmortalidad: "yo no quiero seguir siendo Jorge Luis Borges, yo quiero ser otra persona. Espero que mi muerte sea total, espero morir en cuerpo y alma." Borges pensó que la transmigración del alma, "ciertamente poética y más interesante que la otra", la muerte, esa permanencia de seguir siendo lo que somos y recordando lo que fuimos, "es un tema pobre".

Estimado Morán, mi nombre es Morán y así ha sido a lo largo del tiempo, desde que nací hace cuatrocientos años en la ciudad de México, hasta el día de hoy, en esta larga travesía en que nos hemos embarcado sin destino específico, sin esperanzas y con pocas ideas sobre el devenir. Alcanzada la inmortalidad, la muerte ha pasado a ser nuestra única utopía. De ahí mi desesperado intento.

Lo que busco al comunicarme con usted, Morán, es que entienda mi situación. Por desgracia no se trata de una broma. Supongo que estas palabras lo convencerán de que está en sus manos resolver mi dilema. Si usted muere, como su naturaleza lo exige a sus contemporáneos, yo dejaré de existir, y esta carta no será sino una pieza de literatura popular que terminará perdiéndose en el tiempo. Si usted escribe en este momento tal y como le dicto, y aún así resulta increíble, si es razonable y decide quitar la oportunidad a la ciencia, está en sus manos resolver en el pasado lo que ahora es imposible siquiera reflexionar en el futuro: la impertinencia de una vida tan larga, la soledad de la inmortalidad, la estupidez científica de la recreación infinita.

Perder la noción de la muerte y sobrevivir en un estado de conciencia, conocer la abrumadora linealidad del tiempo, el interminable viaje, parecería la realización de un sueño que los seres humanos, desde los alquimistas, habían creído cierto y no estaban equivocados: la inmortalidad. De acuerdo, la hemos encontrado ¿qué podemos hacer entonces con ella, si somos incapaces de sobreponernos al individuo ingenuo que creyó que podía ser eterno, sin reflexionarlo?

La eternidad tendría sentido si pudiéramos renacer en nuevas identidades, no en esta monótona existencia idéntica. ¿Qué es lo que quiero decirle? Que yo soy usted mismo, que ha vivido cuatrocientos años con sus obsesiones y deseos casi intactos. Lo que quiero dejar en claro es que estoy cansado de ser Morán, el artista. Y todos a mi alrededor están igual, aunque me importan poco. Es mi condición individual, de perenne sufrimiento, la que me obliga a lanzar este grito en el tiempo. Mi situación me obliga a suplicarle, a rogarle que piense bien su elección a la hora de su muerte. Y nos salvemos mutuamente.

La oferta que recibirá cuando le quede apenas un soplo de vida parecerá tan irresistible que usted aceptará ser implantado. Cometerá un error. O debería decir cometeremos. Es cierto que es posible vivir otros cien años experimentando con el cuerpo y el espíritu, pero el avance de la ciencia le impedirá una segunda oportunidad, con el tiempo comprenderá que nuestra individualidad no tiene la suficiente presencia de ánimo para resistir una existencia tras otra, si esta es idéntica. Porque lo que se agota es la existencia, Morán, el contrasentido de despertar en cuerpos nuevos con el mismo nombre y las mismas expectativas, que es un recurso que se agota con rapidez. Lo trágico fue descubrir que no había marcha atrás. Hoy la muerte es imposible, el sistema nos recoge y nos coloca en un nuevo cuerpo en el que vuelve a despertar Morán. Per secula seculorum.

El universo de un individuo, como sujeto simple e idéntico, en unas cuantas décadas cae en una terrible monotonía existencial, los sueños se agotan, los deseos tienen límites muy cortos, el mañana deja de ser un anhelo y se convierte en una amenaza, en una condena. Y los placeres, al igual que el inagotable recurso del conocimiento, la famosa sabiduría, terminan por causar esta triste situación que ahora he intentado describir con los pobres recursos de su tiempo. Si mis datos no son equivocados, tiene veintinueve años para pensarlo, parecen muchos, pero no lo son. Lo saludo.

Morán



jueves, 7 de mayo de 2009

Jueves de suspenso



Parte del contenido de una caja de cassettes hallados en una bodega de la Universidad, vinculados a los asesinatos del negociante de arte Raymundo Ortíz y de su acompañante, la fotógrafa Nadia N., ocurridos el 10 de agosto de 1994.
Trascripción.


Tape 26 A
Rótulo: “Ray, el principio”


Ya, deja de grabarme.
¿Qué tengo qué hacer?
Tienes que acompañarme a Puebla y hacer un registro en video de lo que voy a hacer allá.
¿Qué…? ¿fotografiar iglesias y esas cosas?
Sí, algo así. Voy a hacer una compra, una pieza antigua, se me ocurrió que podríamos registrarlo en video, al menos una parte.
Ray.
¿Qué…?
No puedo dormir contigo, Ray.
¿Por qué?
Simplemente no puedo.
Está bien, no hay problema. Ya, deja de grabarme. Eso es lo que necesito que hagas, pero después. CORTE




miércoles, 6 de mayo de 2009

Actas de Cabildo

Un ayuntamiento municipal se refleja en las actas de cabildo, colegio de regidores que deciden el funcionamiento interno de una comunidad. Las Actas de Cabildo son de los documentos más antiguos del Archivo Municipal de la ciudad de Puebla, se trata de una serie de 320 volúmenes de orden político, económico, social, cultural y administrativo de la vida del municipio, con cinco siglos de cobertura, 1533 - 2005, en la sección Gobierno.
En la sección Expedientes existen 1468 volúmenes con documentación manuscrita e impresa con asuntos diversos manejados por el Ayuntamiento poblano entre 1591 y 1976: obra pública, tierras, gremios, fiel ejecutoria, diversiones, milicia, exámenes, inspecciones, avalúos, inventarios, padrones, correspondencia, sanidad, educación, festividades cívicas, gastos municipales y otros, que reflejan la historia de la ciudad en sus diferentes etapas cronológicas. Existen expedientes que cuentan con planos, croquis, ilustraciones, folletos, bandos, periódicos, recibos de casas comerciales, propaganda, bandos, invitaciones y programas culturales. Otra interesante y antigua serie es la de Informes de la alhóndiga, que consta de dos volúmenes entre los años de 1699 a 1750, dedicados a la alhóndiga y el pósito, la Diconsa de la colonia. Se trata de documentación manuscrita sobre la entrada de trigo y harina a la ciudad; boletas entregadas por el alcaide de la alhóndiga sobre las ventas diarias de maíz, así como el índice de las personas que realizaron alguna transacción. Ordenanzas Municipales es una serie que trata de ordenanzas y estatutos emitidos por los reyes españoles y virreyes de la Nueva España, y posteriormente por el cabildo poblano, de 1676 a 1831. Cuentas de propios, que son las cuentas de las finanzas municipales elaboradas por el tesorero o mayordomo administrador. Propios y rentas de la ciudad, con el producto del arrendamiento de las casas, tiendas, mesillas, altas y bajas, el edificio del Coliseo, corredurías de lonja, sitios de pedreras, ranchos y tierras, rastros, censos, puestos de la plaza, locales del Parián y Baratillo, el estanco de la nieve, plaza de corredor de esclavos, venta de bienes propios y de los servicios municipales; correduría mayor y demás ingresos pertenecientes a la ciudad. Egresos como pago de los sueldos de regidores, médico, cirujano, barbero de la cárcel y demás empleados municipales, las erogaciones causadas por la procuraduría general, la obra pública como empedrado, banquetas, cañerías, servicios públicos, festividades religiosas, adquisición de papel y tinta, vestuario de porteros y maceros; recibimientos a virreyes y obispos, consagración de la iglesia catedral, exequias reales, epidemias y gastos militares, de 1690 a 1866.

martes, 5 de mayo de 2009

La victoria


El día de hoy festejamos una de las pocas victorias mexicanas sobre un ejército extranjero ¿o acaso es la única? Como sea, el 5 de mayo de 1862 las armas nacionales se cubrieron efectivamente de gloria al vencer a un fiero y disciplinado ejército francés que dio lo mejor de sí y quedó batido en los fosos del Fuerte de Guadalupe.

Este día festejamos la fiesta cívica más importante de Puebla, y si no fuera por la influenza porcina haríamos desfiles, discursos, verbenas; comeríamos garnachas, nos lanzaríamos flores y en general haríamos un festival de sol y de matracas, pues mal que bien somos los descendientes de aquellos guerreros que nos permiten festejar por lo menos esta victoria, toda vez que en nuestro país, ya lo sabemos, nos da por festejar algunas derrotas. Pero como la influenza porcina canceló todo, lo festejamos en silencio.






lunes, 4 de mayo de 2009

Los dramitas

Templo
Los dramitas refrenden la existencia de esa extraña raza de objetos, que son mensajes directos de aquellos seres que se ocuparon de modelar facciones humanas con barro y areniscas y piedras y montañas enteras, como los budas afganos, los multitudinarios Tai y la grandeza antropomórfica de los chinos, formaciones gigantescas que incluso habitan o utilizan como templos. Budas enormes, ejércitos de soldados de arcilla fabricados por miles y miles de artesanos, artistas que habitaron los rostros y los contornos del cuerpo humano hace cinco mil años.

Sindicato
Llevar la imagen humana a dimensiones absolutas, vivir en la hondonada, junto a la muñeca; mirar desde el ojo, entrar por la oreja.

- Abrid el talón para que los niños puedan jugar en sus pendientes y ángulos.
- Yo quiero bajar por aquí, papá.
- Ten cuidado.

Habitar en los cuerpos o habitar cuerpos, como los que habitamos, a veces tan indiferentes, tan ajenos. Nosotros sólo vivimos dentro. Nos ha sido prestado por un tiempo.



Penthouse
¿Los edificios son un yo torturado y sufro las consecuencias de los terremotos, la depredación, el chantaje y las represalias de habitar junto al barrio bravo de la rodilla, frente al estadio de la cadera, donde dos ventanas siniestras y una solitaria puerta, reúne a lo más bajo de las células que constituyen cada músculo y huesos de esa chapaleante sociedad. Mi cuerpo.

Multifamiliar

Un yo habitado por dramitas que en realidad es uno. Solo. Un solitario dramita que reúne fuerzas para deslizarse por las comisuras y saltar por la nariz y crear edificios anatómicos y pedagógicos para enseñar el cuerpo a todos los dramitas pequeños y grandes que decidan seguir el juego. Ir a Dramita.

Hubo la necesidad de crear una nación dramita que acogiera a todos los artistas del mundo. Que les diera un lugar, un rincón, y los identificara a través de la historia como una presencia perenne de la cultura humana.
Los dramitas prehistóricos, históricos, contemporáneos, que habitan cuerpos e insisten en la reproducción infinita de rostros a una escala de seis mil millones de seres demasiado humanos.

- Poned barro en sus manos.

Plaza del Talón
Rostros, cuerpos y rostros que se han multiplicado al infinito en 20 mil años de historia humana. El arte, un derecho humano y una obligación de dar a los niños y niñas los elementos básicos para su desarrollo. En el caso de la lucha dramita, la inaceptable ausencia de barro al alcance de los niños en un país de barro como México.

¡Manifestación en el centro de Dramina!



Postales de Dramina

Esquina Mano


Barrio Las corvas

Callejón

Centro comercial



Paisaje en azul

domingo, 3 de mayo de 2009

Dramina



Amanece en Dramina, el sol envuelve los redondos contornos de sus hogares. Es la tierra de los dramitas, seres de antiguo linaje cuyas ruinas nos permiten ver hoy un poco de su mítica grandeza. Y su enorme miseria. Un pueblo que nunca pudo trascender las fronteras de sus cuerpos, las últimas capas de su piel, ahora petrificada. No quieren nada, nunca quisieron nada. Fueron devotos moradores de sus carnes donde acondicionaron viviendas-cárceles que hoy son rarezas de museos, piezas excéntricas, cultos perversos.

Los dramitas son una estirpe especializada en la fabricación de figuras humanas de todos los tamaños y materiales. Huellas humanas diseminadas en los museos del mundo y en mayor medida enterradas en algún lugar esperando que terremotos o máquinas humanas los saquen de su hibernación, pues son objetos hechos para el futuro. Los dramitas idealizan la existencia de esa extraña nación de objetos, que son mensajes de los hombres y las mujeres que se han ocupado de la humana necesidad de la reproducción antropomórfica.

Los dramitas existen en todas las civilizaciones humanas. Permanecen en los tiempos. Caldeos, mesopotámicos, mandarines, incas, olmecas. No pertenecen a una región de la geografía porque son parte del horizonte humano y estuvieron en todas partes, en cada rincón donde hubiera dedicadas manos que hicieron habitables sus rostros, después de que vivieran en sus miembros limpiamente descoyuntados, raspados y habilitados para morar ahí. Seres múltiples y multitudinarios, individualistas pero irremediablemente gregarios. Rostros, cuerpos y rostros que se han multiplicado a través del tiempo, que gritan al mundo sus acechanzas.

Los dramitas son seres que habitan cuerpos de piedra o cuerpos abandonados en una arquitectura fundada en huesos y músculos de la anatomía humana. Son seres felices ante la posibilidad de salir a jugar en las sinuosas facciones de los modelos en forma de dedo, de rodilla, de pie que ellos han construido durante tanto tiempo.

De algún modo se las han arreglado para vivir en el en multifamiliar Pie Blanco 16, sexto piso, junto al dedo gordo.

Los dramitas se pueden detectar en todas las culturas humanas de la historia. Han demostrado por siglos la tenaz decisión de cultivar su afición. El dramita, simplemente, es parte de ese legado que constituyen miles de piezas arqueológicas diseminadas en los rostros de todo el mundo, objetos que tienen un rostro pero no un nombre. Son los dramitas (pero ellos no lo saben ¿o sí?).




sábado, 2 de mayo de 2009

Cobranzas


Mi paso por la burocracia fue algo extravagante. Primero ingresé a los 19 años a Telecomunicaciones (1977), oficina de Cobranzas, dos años después renuncié y luego de otros tres penosos años, volví a ingresar en un estado deplorable. Llevaba un hoyo negro en un diente delantero, no me podía reír. Iba en verdad derrotado cuando el señor Vargas se apiadó nuevamente de mí, el rebelde que le había renunciado. Mi paseo por la iniciativa privada no fue benigno, aunque la experiencia sí. Retorné entonces a la oficina de Cobranzas y, tras detectar un cúmulo de anormalidades en el rezago de las facturas –había servicios que tenían vente años sin cobrarse, otros que nunca se habían cobrado-, y el télex –que era el rey de nuestros servicios hacia 1980-, tenía un rezago de 24 meses.

En mi sección de Rezagos tenía archivadas miles de facturas que no se habían podido cobrar, comencé a escribir informes oficiales que turné directamente al subdirector Vargas, que me había regresado el empleo, pero pasando por encima de mi jefe inmediato, Felipe Romero, jefe de la oficina de Cobranzas. Se armó una discreta acción de emergencia. Tanto el rezago como mis cartas representaban un potencial escándalo en la prensa o en los corrillos políticos de la secretaría. Luego de analizar algunos de mis documentos, establecimos estrategias y nos propusimos limpiar el gallinero. Yo no tenía ninguna pretensión, más allá de limpiar un poco, pero los jefes decidieron que se creaba una oficina de rezagos y justamente me correspondía a mi encabezarla. Muchas gracias. Mi vida cambió desde el detalle de pasar de 3,800.00 a 23,000 mensuales de un mes a otro. Sí que era un cambio. Pero yo no pensaba en eso, acepté la oficina y me puse a trabajar a tiempo completo, pues había abandonado mis estudios de Diseño Gráfico en la UAM-X, me había quedado sin carro a raíz de un accidente, me había quedado sin novia, sin dinero, sin diente y no tenía ánimo más que de clavarme en algo muy profundo, como los archivos de Rezagos.



viernes, 1 de mayo de 2009

Mujeres en venta

Entre los mixtecos de Rancho Viejo, Gro., es común que los litigios se resuelvan con el pago de una cuota de dinero. Sean lesiones físicas o morales, la gente paga y lo arregla en un convenio presuntamente tradicional. Así ocurre también con las jóvenes, a veces niñas, que son intercambiadas entre padres y yernos por una suma especulativa que siempre rebasa los quince mil pesos y que llega a tasarse en sesenta mil, la famosa dote, que se ha convertido en una tradición de venta infantil, operada por sus propios padres. Esto ha golpeado hace décadas la situación de los jóvenes, de los novios de Rancho Viejo, que no pueden tener relaciones normales de muchacho a muchacha, pues los intereses que implican provocan una vigilancia extraordinaria, un atropello a la libertad individual y un acto de represión sexual para los jóvenes que, al casarse por fin, al comprar una buena esposa, actúan igual con sus propias hijas. Joan Armell Benavent, misionero en Rancho Viejo, municipio de Tlacoachistlahuaca, Guerrero, me recibió en la Misión Católica de Rancho Viejo, pertenece a la misionera española Ekumene y él la dirige hace diez años, me dice sobre esas transacciones. “Para mí es una compraventa aunque ellos dicen que no, pero el hecho es que es un trato de compraventa y los tasan, llegan a un acuerdo y la costumbre es que se vienen a vivir los dos a casa de los padres del muchacho, ella sale de la casa. Dicen que es una compensación a los papás, y tal, yo desde afuera lo veo como transacción. Llegan a un acuerdo, tanto dinero por ella, cincuenta, sesenta mil, luego tienes que dar la fiesta para la familia, matan res, y les sale muy caro. “Aquí yo he tenido la experiencia con un muchacho joven, que se casaron; la muchacha quería seguir estudiando y venía a la secundaria, pero acabó dejándola cuando él se emborrachaba y hablaba lo que sentía, decía que se fuera a la casa, que había pagado por ella, que tenía que echar las tortillas, y al final lo abandonó. Entonces tienen ese sentido de propiedad, la quieren para que les sirva, para que sea su esclava, tener muchos hijos, disponibilidad absoluta y no la dejan salir de la casa más que para lo estrictamente necesario”. Joan me mira con unos ojos resignados, frente a un asunto para el que nadie parece tener una solución. “Creo que definitivamente no mejorará esta gente con este sistema. De hecho, cuando han empezado a cambiar y vivir un poco mejor ha sido las familias que se han ido al otro lado y regresan. Arreglan sus casas, se compran camionetas y comienzan con un negocio. Lo demás que les llega claro que lo agarran, todo lo que les ofrezcas, pero eso no madura a la gente”.