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Mostrando entradas de mayo, 2018

Gatoluna

Este cuadro es una impresión digital original de Malú Méndez Lavielle que fue sustraída de su cilíndrico estuche de cartón en la aduana de Memphis, o por ahí, fue la explicación que nos dio la empresa Fedex; que Memphis ya había concluido la investigación y había decretado que el cuadro fue robado y que conservan el cilindro de cartón vacío. Sugieren en California el rembolso de 30 dólares y concluir con el adagio de “lo perdido lo que aparezca”, aunque el costo de producción y envío arañaba los 2,000 pesos, es decir 100 dólares, tres veces la cantidad recuperable. La artista pierde doble porque, además, afecta a su cliente. Los amables jóvenes que nos atendieron telefónicamente soportaron con carácter nuestros aireados reclamos y se mostraron impotentes para mejorar su oferta; su actitud, sin embargo, te hace recibir el mensaje, también de por acá, de “les vale madres”, los 30 dolaritos casi alcanzan para cubrir la reposición del cuadro, el costo del plotter. Y aprender. Siem...

El elevador

Crónica de un ligue es el concurso apócrifo donde lectores de un blog envían crónicas sobre la primera vez. Y en este caso la última ¿este relato es una fantasía o es físicamente posible realizar un coito en un elevador. Se valora su descalificación. El elevador Por Fernanda Fue una combinación de muchas cosas, numerosos factores permitieron que yo terminara haciendo el amor con un desconocido en un elevador. El primer factor fue el edificio más alto de Puebla y que fueran casi las doce de la noche; el segundo que yo llevara el vestido anaranjado de falda tableada, y nada por debajo de él; el tercer factor, que verdaderamente me gustaba ese muchacho que había visto muchas veces, precisamente en el elevador; su olor siempre sugerente y su mirada siempre entretenida a la altura de mi pecho, a veces en mi pelo, en el reflejo de las paredes cristalinas del elevador. Y mi sonrisa, claro, siempre le sonreí. Un detalle importante que también contribuyó a...

Paseo Bravo

Crónica de un ligue es el concurso apócrifo donde lectores de un blog escriben sobre encuentros amorosos. Una colección de amantes que indagan sobre el fenómeno de la exposición de intimidades; la revelación, a veces tardía, de situaciones ineludibles como que un día te levantas y le confiesas a tu imagen en el espejo: soy gay. Que un hombre se enamore de otro hombre ¡qué novedad! Paseo Bravo L.G.M. No sé si usted se atreva a publicar esta crónica, pero por lo que he visto tiene apertura de criterio en cuanto al tema de la elección sexual. Y bueno, hace muy poco yo mismo me hubiera escandalizado –quizás– con temas como el amor entre dos seres del mismo género en la mismísima Puebla del verbo encarnado y las once mil imágenes. Mi mamá y mis tías, si dejaran de ver un rato las telenovelas estarían santiguándose como beatas en misa dominical. En fin, no tengo nada contra la iglesia y yo mismo soy mocho cuando me conviene. Habrían de ver los sustos q...

El primer beso

Crónica de un ligue es un concurso apócrifo donde presuntos lectores de un blog escriben sobre un encuentro amoroso. Una colección de amantes que ofrece al lector una visión multipolar sobre el mismo y antiguo asunto del amor. El primer beso R.M. Han pasado muchos años pero no olvidaré nunca la noche de mi primer beso. Creo que a todos les pasa con su primer beso. Tenía trece años cumplidos y ese día me lavé todos los dientes con particular entusiasmo. Mi cita era en el cine y la promesa de recibir mi primer beso en la boca de parte de una muchachita que no era ninguna novata, aunque un poco menor que yo. Pero digamos que era una especie de besadora profesional, porque en su currículum besatorio habían pasado algunas cosas en su vida. Por supuesto ese día no pensé en ninguna de estas cosas, dadas las circunstancias no venían al caso. Me puse la mejor loción de mi papá, de hecho podría decirse que me bañé en la loción de mi papá, y llegué muy temprano...

El cielo

Mi amiga es católica de cierta profundidad. La última vez que la vi nuevamente inquirió sobre mi fastidioso ateísmo –más bien agnosticismo. No me oye–; volvió a preguntarme si ni la cercanía de la muerte me hacía considerar la existencia del cielo. Una indirecta para señalar mi edad, que ha alcanzado la senectud Le respondí con una pregunta. ¿Dónde crees que está tu papá, mi tío Livio? En el cielo, por supuesto -respondió a bote pronto-. ¿Qué crees que está haciendo? No tengo idea –me respondió tras una larga pausa–. Objetivamente, qué podrá estar haciendo Livio Manzanares en el imaginario cielo rodeado de nubes. Ojalá esté tocando su trompeta todo el día. Así es, el cielo sirve al humor y a la poesía -afirmé convencido de que mi agnosticismo está sustentado en la ciencia de la probabilidad. Borges afirmó que le parecía tediosa la idea de una eternidad, se aburriría rápidamente de seguir siendo Borges toda la eternidad. Mi amiga no supo qué decir. Tampoco dije nada. D...