Este cuadro es una impresión digital original de Malú Méndez Lavielle que fue sustraída de su cilíndrico estuche de cartón en la aduana de Memphis, o por ahí, fue la explicación que nos dio la empresa Fedex; que Memphis ya había concluido la investigación y había decretado que el cuadro fue robado y que conservan el cilindro de cartón vacío. Sugieren en California el rembolso de 30 dólares y concluir con el adagio de “lo perdido lo que aparezca”, aunque el costo de producción y envío arañaba los 2,000 pesos, es decir 100 dólares, tres veces la cantidad recuperable. La artista pierde doble porque, además, afecta a su cliente. Los amables jóvenes que nos atendieron telefónicamente soportaron con carácter nuestros aireados reclamos y se mostraron impotentes para mejorar su oferta; su actitud, sin embargo, te hace recibir el mensaje, también de por acá, de “les vale madres”, los 30 dolaritos casi alcanzan para cubrir la reposición del cuadro, el costo del plotter. Y aprender. Siem...