No sé si tengo un virus o qué, pero no me siento bien. Si tuviera pulmones estarían al 50 % de su capacidad respiratoria, pero hoy apenas tengo un remedo de perfil que ni a eso llega, como si mi rostro quisiera desarticularse, escindirse, el ojo izquierdo y la boca por un lado, el resto de mi cara por otro. He ahí la imagen de un ser fraccionado, automutilado, dividido como un partido político. No es un virus porque yo no respiro, soy un objeto animado pero muerto. No estoy vivo, no respiro… ¿o sí?