En el palacio guajopresidencial.
GUAJOMEZ MONT:
En vista de que es imposible mostrar debilidad en este momento, señor guajopresidente, he tenido que enviar a los buldog a que se deshagan la manifestación. Pero están muy bravos los pollos y los guajolotes.
GUAJALDERÓN:
Ojalá se me ocurriera una forma de darles lo que les prometí, Guajomez Mont, empleo, pero no se me ocurre nada. Para ello se necesita más tiempo. Y más dinero, pero no tenemos un quinto por fuera de la ley de ingresos que aprobaron los guajodiputados. Lo único que se me ocurre es exportar guajolotes a los Estados Unidos, hay muy buena demanda y los pagan muy bien.
GUAJOMEZ MONT:
Pero ¿para qué, Guajopresidente? ¿No pensarás mandarlos al matadero? ¡Son nuestros hermanos, Guajalderón!
GUAJALDERÓN:
Cómo crees que los mandaría al matadero, Guajomez Mont. No podría mandar a nadie. No, que se vayan a trabajar legalmente a los Estados Unidos. Sólo así se irán.
GUAJOMEZ MONT:
Vamos, vamos, qué utilidad puede tener un pavo, que no sea la de adornar las mesas de Navidad. No creo que sea muy popular la medida, Guajalderón.
GUAJALDERÓN:
Pues, es que no tengo opción, Guajomez Mont. Lo del aumento del guajiva ya ves que resultó un desastre. Si no exporto guajolotes a los Estados Unidos estamos fritos. Igual todos vamos a morir. Nosotros, por ejemplo, podríamos ser la cena de navidad si no nos ponemos agusados.
GUAJOMEZ MONT:
Vi que mandaste a Guajartens de avanzada.
GUAJALDERÓN:
Es la muestra Guajomez, el pobre cree que va al Guajobanco. Tuve que darle a los corderos la guajosecretaría de hacienda.
GUAJOMEZ MONT:
No creo que los gringos se lo traguen -en sentido figurado, claro-, porque, por supuesto que se lo van a tragar; lo malo es hacerles creer que todos los guajolotes son de triple pechuga, Guajalderón. Hay una diferencia muy clara en el peso de los guajolotes de la granja.
GUAJALDERÓN:
A la hora de las cenas lo mismo da, Guajomez Mont. Ya lo pensé bien y no tengo otra salida, si quiero solucionar algo en esta situación.
GUAJOMEZ MONT:
Pues tú eres el presidente de la granja, Guajalderón. Pero de que se va a armar un escándalo en el gallinero, se va a armar. ¡Otro escándalo!
En el barrio La gran esperanza
GUAJILLO:
Yo voy a depositar toda mi confianza en Guajalderón, don Pavón.
GUAJALUPITA:
Yo también, Guajillo. Es un hombre decente y honesto, no nos va a fallar ¿no cree usted, don Pavón?
GUAJILLO:
Claro que no, Lupita. Es un guajolote cabal.
DON PAVÓN:
Bueno, bueno… debemos ser precavidos todos los ciudadanos de la Granja. Recuerden cómo nos fue con Guafox. Y este presidente sólo tiene quince días para resolver un problema económico y de gobernabilidad, que no va a poder cumplir, siendo objetivos.
GUAJILLO:
Seguro que va a vender a todos los borregos de la Granja para salvar sus finanzas, don Pavón, ja ja.
DON PAVÓN:
También nos podría vender a nosotros, Guajillo. No te olvides de eso.
GUAJALUPITA:
No, Guajalderón no se atrevería a vender a su especie.
DON PAVÓN:
Pues eso lo vamos a descubrir con un poco de paciencia, queridos amigos. Ahora vayan a hacer sus labores y me permiten a mí seguir haciendo las mías.
(continuará…)
GUAJOMEZ MONT:
En vista de que es imposible mostrar debilidad en este momento, señor guajopresidente, he tenido que enviar a los buldog a que se deshagan la manifestación. Pero están muy bravos los pollos y los guajolotes.
GUAJALDERÓN:
Ojalá se me ocurriera una forma de darles lo que les prometí, Guajomez Mont, empleo, pero no se me ocurre nada. Para ello se necesita más tiempo. Y más dinero, pero no tenemos un quinto por fuera de la ley de ingresos que aprobaron los guajodiputados. Lo único que se me ocurre es exportar guajolotes a los Estados Unidos, hay muy buena demanda y los pagan muy bien.
GUAJOMEZ MONT:
Pero ¿para qué, Guajopresidente? ¿No pensarás mandarlos al matadero? ¡Son nuestros hermanos, Guajalderón!
GUAJALDERÓN:
Cómo crees que los mandaría al matadero, Guajomez Mont. No podría mandar a nadie. No, que se vayan a trabajar legalmente a los Estados Unidos. Sólo así se irán.
GUAJOMEZ MONT:
Vamos, vamos, qué utilidad puede tener un pavo, que no sea la de adornar las mesas de Navidad. No creo que sea muy popular la medida, Guajalderón.
GUAJALDERÓN:
Pues, es que no tengo opción, Guajomez Mont. Lo del aumento del guajiva ya ves que resultó un desastre. Si no exporto guajolotes a los Estados Unidos estamos fritos. Igual todos vamos a morir. Nosotros, por ejemplo, podríamos ser la cena de navidad si no nos ponemos agusados.
GUAJOMEZ MONT:
Vi que mandaste a Guajartens de avanzada.
GUAJALDERÓN:
Es la muestra Guajomez, el pobre cree que va al Guajobanco. Tuve que darle a los corderos la guajosecretaría de hacienda.
GUAJOMEZ MONT:
No creo que los gringos se lo traguen -en sentido figurado, claro-, porque, por supuesto que se lo van a tragar; lo malo es hacerles creer que todos los guajolotes son de triple pechuga, Guajalderón. Hay una diferencia muy clara en el peso de los guajolotes de la granja.
GUAJALDERÓN:
A la hora de las cenas lo mismo da, Guajomez Mont. Ya lo pensé bien y no tengo otra salida, si quiero solucionar algo en esta situación.
GUAJOMEZ MONT:
Pues tú eres el presidente de la granja, Guajalderón. Pero de que se va a armar un escándalo en el gallinero, se va a armar. ¡Otro escándalo!
En el barrio La gran esperanza
GUAJILLO:
Yo voy a depositar toda mi confianza en Guajalderón, don Pavón.
GUAJALUPITA:
Yo también, Guajillo. Es un hombre decente y honesto, no nos va a fallar ¿no cree usted, don Pavón?
GUAJILLO:
Claro que no, Lupita. Es un guajolote cabal.
DON PAVÓN:
Bueno, bueno… debemos ser precavidos todos los ciudadanos de la Granja. Recuerden cómo nos fue con Guafox. Y este presidente sólo tiene quince días para resolver un problema económico y de gobernabilidad, que no va a poder cumplir, siendo objetivos.
GUAJILLO:
Seguro que va a vender a todos los borregos de la Granja para salvar sus finanzas, don Pavón, ja ja.
DON PAVÓN:
También nos podría vender a nosotros, Guajillo. No te olvides de eso.
GUAJALUPITA:
No, Guajalderón no se atrevería a vender a su especie.
DON PAVÓN:
Pues eso lo vamos a descubrir con un poco de paciencia, queridos amigos. Ahora vayan a hacer sus labores y me permiten a mí seguir haciendo las mías.
(continuará…)
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