Cuenta la leyenda que, sitiado por los realistas en el poblado de Izúcar, Puebla, el 17 de diciembre de 1913, el cura José María Morelos se ve precisado a echar mano del ingenio para salvar lo que parecía una inminente matazón, en caso de que los realistas entraran al pueblo cañero.
Morelos, sigue la leyenda, arma a la población con hondas y, a pedradas, se defienden del acoso de 600 militares armados y entrenados, que finalmente no pudieron penetrar las defensas a pesar de combatir durante todo este día.
Morelos, sigue la leyenda, arma a la población con hondas y, a pedradas, se defienden del acoso de 600 militares armados y entrenados, que finalmente no pudieron penetrar las defensas a pesar de combatir durante todo este día.
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