A 23 de septiembre de 2015 en un hoyito de la ciudad de Puebla, frente a una computadora Para papá: La carta tardía Hay una tendencia en nuestra cultura de decir cosas amables cuando es el cumpleaños de alguien. Quizás son cosas que uno siempre siente o piensa pero que por otra cuestión cultural – la de no expresar las emociones – uno se calla y sólo juguetea con ellas en la cabeza. La cultura como supresora de la voluntad. Este es mi acto volitivo, este es mi acto de palabras y es para ti. Los cincuenta y ocho años de un padre no son alentadores pues son una certeza de que el tiempo avanza y de que algún día no tendrás a uno de tus maestros que te aconseje qué sí y qué no con la vida (así, la vida personificada porque no merece menos). Es una certeza también de que ya no se es niño y de que el mundo es cada vez más caótico y el tiempo no alcanza. Una de las cosas que he comprendido como aprendiz de lingüista y novia de la literatura, es que hay emociones y conoci...