En Puebla existe un Círculo de Lovecraft que tiene periódica reuniones para discutir, supongo, el mito de Tuhlú. Aunque más que discusión –vuelvo a suponer-, se tratará, junto a miles de seguidores y decenas de otros círculos, de continuar la labor imaginativa del mito creado por el escritor estadunidense.
Como yo lo entendí, el mito de Tuhlú se basa en una raza protohumana de seres inteligentes y monstruosos, que reinaron en el mundo antes de la aparición de los humanos. Luchan por reconquistar su territorio al igual que lo harían los dinosaurios, en el caso de volver a gobernar el planeta. Lovrecraft es unos de esos escritores de terror muy agudos que te dan miedo desde antes de abrir alguno de sus libro. Títulos como Las ratas en la pared, El horror de Dunwich, y por supuesto, su serie recopilada del mito de Tulhú, han sido por generaciones lecturas obligadas a los aficionados del terror.
El 15 de marzo de 1937 muere H.P. Lovecraft, un fantasioso y prolífico escritor que, aburrido de su gris existencia, creó uno de los mitos fantásticos más duraderos de la literatura. El propio H.P. confesó que era silencioso e inanimado como una computadora: “Mi existencia ha sido reservada, poco agitada y nada sobresaliente; y en el mejor de los casos sonaría tristemente monótona y aburrida sobre el papel.” Sin embargo dejó la honda huella de Tuhlú.
En su Introducción a la Literatura Norteamericana, Jorge Luis Borges escribió la ficha del escritor con aguda y certera crueldad: “Howard Phillips Lovecraft nació en Providence, Rhode Island. Muy sensible y de salud delicada, fue educado por su madre viuda y sus tías. Gustaba, como Hawthorne, de la soledad y aunque trabajaba de día lo hacía con las persianas bajas”. Antes de su muerte, a los 47 años de edad, sólo había visto publicado uno de sus libros.
Y sí, como podemos apreciar en la fotografía, H.P. tenía mandíbulas de impresora.
Como yo lo entendí, el mito de Tuhlú se basa en una raza protohumana de seres inteligentes y monstruosos, que reinaron en el mundo antes de la aparición de los humanos. Luchan por reconquistar su territorio al igual que lo harían los dinosaurios, en el caso de volver a gobernar el planeta. Lovrecraft es unos de esos escritores de terror muy agudos que te dan miedo desde antes de abrir alguno de sus libro. Títulos como Las ratas en la pared, El horror de Dunwich, y por supuesto, su serie recopilada del mito de Tulhú, han sido por generaciones lecturas obligadas a los aficionados del terror.
El 15 de marzo de 1937 muere H.P. Lovecraft, un fantasioso y prolífico escritor que, aburrido de su gris existencia, creó uno de los mitos fantásticos más duraderos de la literatura. El propio H.P. confesó que era silencioso e inanimado como una computadora: “Mi existencia ha sido reservada, poco agitada y nada sobresaliente; y en el mejor de los casos sonaría tristemente monótona y aburrida sobre el papel.” Sin embargo dejó la honda huella de Tuhlú.
En su Introducción a la Literatura Norteamericana, Jorge Luis Borges escribió la ficha del escritor con aguda y certera crueldad: “Howard Phillips Lovecraft nació en Providence, Rhode Island. Muy sensible y de salud delicada, fue educado por su madre viuda y sus tías. Gustaba, como Hawthorne, de la soledad y aunque trabajaba de día lo hacía con las persianas bajas”. Antes de su muerte, a los 47 años de edad, sólo había visto publicado uno de sus libros.
Y sí, como podemos apreciar en la fotografía, H.P. tenía mandíbulas de impresora.
Gracias por los comentarios, en efecto aquí en Puebla en Círculo de Estudios Lovecraft fue fundado por Paco Echeverría, Alfredo Jiménez, Gustavo Valencia y muchos más en 1993, después colaboró en conjunto con otro grupo que se hizo llamar Círculo de Lovecraft, y finalmente se separaron en 2009 cuando diferencias ideológicas con respecto a la figura de HP Lovecraft mostraba evidencias contrarias a lo que siempre se ha supuesto que el escritor defendía como su punto de vista sociopolítico. No obstante, en aquella época el Centro de Estudios Lovecraftianos liderado por Paco Echeverría, Alfredo Jiménez, Erick Rodríguez, Carlos Camaleón, Grupo Fisura, y más crearon espacio de discusión lovecraftiana en Centro Cultural Creciente, Casa del Escritor, FFyL de la BUAP, etc., incluso Echeverría fue el director del programa radiofónico Los que vigilan desde el Tiempo que a la fecha sigue transmitiendose. Actualmente las investigaciones lovecraftianas del Círculo de Estudios Lovecraft pueden ser consultadas en el Blog de Óclesis Víctimas del Artificio, asociación cultural con fuerte impactto en la Ciudad de Puebla y desde donde el Círculo de Estudios Lovecraft sigue trabajando como una de las primeras asociaciones lovecraftinas en México y América Latina.
ResponderEliminarCentro de Investigación y Estudios Lovecraftianos
Claro!!! como olvidar esas reuniones en el Café Macondo donde veíamos las películas que Carlitos Camaleón nos traía del DF, además de leer nuestras investigaciones que hacíamos de Lovecraft y donde Paco Echeverría nos estimulaba a seguir leyendo a nuestro autor bajo una perspectiva literaria y sociológica, hasta que el mugroso del Chucho Navarro hecho todo a perder con sus envidias Buuu BBuuuuu fuera el Chuchulhu como le deciamos. También reconosco la gran labor de Alfred, de Gus, de Adán y de Pepe.
ResponderEliminarZacharias Ribbot, Equipo Lovecraft Capítulo Puebla.