Vari querida: Con mucha pena me entero de tu próximo ingreso al ejército de desempleados de México, cuya presidencia regional ostento desde marzo de 2008. Respira hondo y no te desesperes, quita primero algunas excentricidades de tu vida, como ir al cine, al teatro o a cualquier clase de conciertos que no sean gratuitos; ánimo, en unos meses puedes desechar de tu vida algunos malos hábitos que definitivamente atentaban contra tu salud: fumar, beber y comer colesterol en la forma de mariscos y otras porquerías; cuerpo sano, mente sana; posteriormente podrás evitar ponerte en riesgo al no poder salir de tu casa prácticamente nunca; si te quedan amigos te visitarán, algunos llevarán algo de comer y, otros, más ricos, hasta algo de beber. Estos momentos hay que aprovecharlos al máximo, porque poco a poco te visitarán menos, menos, hasta que finalmente se olvidarán de ti. Cuentas claras, amistades largas. Las deudas podrían incrementarse un poco y esto definitivamente no aumenta tu popularidad. En tu vida íntima los frijoles pasarán a formar una parte importante de tu cotidianidad, lo que, por lo menos, te quita popularidad nocturna; tendrás una reconciliación con las tortillas de maíz, los chiles frescos y verás a los huevos casi amorosamente. Al año de haber ingresado a nuestras filas tu entorno vital será completamente diferente, algo habrá pasado en cada renglón de tu vida. Podrías creer que perderás peso, pero no. Ésta es una paradoja, la inactividad y las crecientes ansias te hacen ganar algunos kilos, de modo que si quieres hacer drama con tu mentado desempleo nadie te lo cree. “Pues yo te veo muy repuestito”, me señalan cada vez que cedo al melodrama.
En conclusión, queridísima Vari, nos sentimos muy honrados de tu reciente afiliación, tanto como la de la querida Moni, pero mi recomendación es que no te llegues a acomodar en ello. Búscale y rebúscale, talonéale gacho, pero encuentra una chamba lo más pronto posible, “aunque sea de maestra”, como dice mi vecina. Te deseo lo mejor y te mando hartos besos. Atte. Presidente regional del OPOPÓ.
En conclusión, queridísima Vari, nos sentimos muy honrados de tu reciente afiliación, tanto como la de la querida Moni, pero mi recomendación es que no te llegues a acomodar en ello. Búscale y rebúscale, talonéale gacho, pero encuentra una chamba lo más pronto posible, “aunque sea de maestra”, como dice mi vecina. Te deseo lo mejor y te mando hartos besos. Atte. Presidente regional del OPOPÓ.
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