La tarde de este día de 1986 muere un singular personaje de la cultura mexicana: Renato Leduc, polifacético maestro del lenguaje que lo mismo hablaba en clave Morse, comía copas de vidrio, escribía poemas, canciones y cuentos, o simplemente deleitaba a sus comensales las tardes enteras en las cantinas de Coyoacán.
Hombre de su tiempo, Renato Leduc, cuya sabia virtud fue disfrutarlo, supo dar tiempo al tiempo, que de amor y dolor lo salvó aquella histórica canción, la que cantó a destiempo.
“Y hoy que de amores ya no tengo tiempo
amor de aquellos tiempos, cuánto añoro
la dicha inicua de perder el tiempo...”
Hombre de su tiempo, Renato Leduc, cuya sabia virtud fue disfrutarlo, supo dar tiempo al tiempo, que de amor y dolor lo salvó aquella histórica canción, la que cantó a destiempo.
“Y hoy que de amores ya no tengo tiempo
amor de aquellos tiempos, cuánto añoro
la dicha inicua de perder el tiempo...”
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