jueves, 10 de septiembre de 2009

Avándaro


Valle de Avándaro, Estado de México. 10 de septiembre de 1971. Decenas de miles de jóvenes se reúnen en un paradisiaco predio cercano a Valle de Bravo. La idea es escuchar rock inspirados en el célebre festival de Woodstock de tres años antes en Estados Unidos, pero además, los organizadores creían poder hacer carreras de automóviles, por lo que le llamaron el Festival de Rock y Ruedas. La enorme cantidad de gente reunida este histórico día no permitió los excesos de la velocidad, aunque dio vía libre a otra clase de excesos.

Los jóvenes mexicanos, resentidos tras la masacre de Tlaltelolco y la reciente masacre del Jueves de Corpus en Junio de ese mismo año, se reúnen en Avándaro para refrendar su demanda de libertad. Libertad de gritar y de bailar, de drogarse y de hacer el amor.

Avándaro, que fue una fiesta juvenil donde se demostró que era posible la armonía y la convivencia de los jóvenes mexicanos, nunca más volvería a suceder. Fue un experimento, una prueba permitida por el gobierno de Echeverría, que comprobó lo peligroso que era dejar reunirse a los amantes del rock, a los jóvenes, pues a pesar de la multitud y del destrampe no hubo muertos ni heridos.


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