El 11 de noviembre de 1928 nace en la ciudad de México el escritor Carlos Fuentes, uno de los mexicanos vivos de la literatura mundial, autor de La región más transparente y La muerte de Artemio Cruz; La hoja de la Hidra y Cristóbal Nonato, entre otras famosas novelas.
Fuentes termina siendo un escritor de símbolos. Cada palabra que dice se inscribe en la importancia histórica de su voz moral y profesional; a sus años busca aún en las dos orillas del Atlántico; en los espejos de obsidiana enterrados en la urbe totonaca del Tajín, preguntas fundamentales de la lengua, con el ánimo de llegar a reflejarse en los espejos ibéricos de Cervantes y Velázquez, de la locura al asombro, en un intercambio de reflejos que han ido y venido de una orilla a otra. “Los espejos simbolizan la realidad –escribe Fuentes-, el sol, la tierra y sus cuatro direcciones, y todos los hombres y mujeres que la habitamos.” Si tuviera que nombrar de una sola forma el conjunto de su obra, afirma, la llamaría La edad del tiempo. Por lo pronto, hoy festejamos la edad de Fuentes.
Fuentes termina siendo un escritor de símbolos. Cada palabra que dice se inscribe en la importancia histórica de su voz moral y profesional; a sus años busca aún en las dos orillas del Atlántico; en los espejos de obsidiana enterrados en la urbe totonaca del Tajín, preguntas fundamentales de la lengua, con el ánimo de llegar a reflejarse en los espejos ibéricos de Cervantes y Velázquez, de la locura al asombro, en un intercambio de reflejos que han ido y venido de una orilla a otra. “Los espejos simbolizan la realidad –escribe Fuentes-, el sol, la tierra y sus cuatro direcciones, y todos los hombres y mujeres que la habitamos.” Si tuviera que nombrar de una sola forma el conjunto de su obra, afirma, la llamaría La edad del tiempo. Por lo pronto, hoy festejamos la edad de Fuentes.
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