“Soy mujer que mira hacia adentro, dice.
Soy mujer luz del día, dice.
Soy mujer luna, dice.
Soy mujer estrella de la mañana.
Soy mujer estrella dios.
Soy la mujer constelación guarache, dice.
Soy la mujer constelación bastón, dice.
Porque podemos subir al cielo.
Porque soy la mujer pura,
Soy la mujer del bien.
porque puedo entrar y salir del reino de la muerte.
Porque vengo buscando por debajo del agua,
desde la orilla opuesta,
Porque soy la mujer que brota,
soy la mujer que puede ser arrancada,
soy la mujer doctora, dice.
Soy la mujer yerbera, dice.
Y nuestra hermosa virgen de Guadalupe,
Y nuestra madre Magdalena....”
Canto curatorio de María Sabina
El 22 de noviembre de 1985 muere María Sabina, la mujer chamana de Huautla de Jiménez, Oaxaca, que representa la sabiduría ancestral en el manejo de los hongos sagrados, el teonanácatl, o los niñitos, como ella cariñosamente les decía.
Para entender su estatus hay que imaginar a la pequeña María atendiendo las almas de personajes como Gordon Watson, Aldous Huxley, Walt Disney, Bob Dylan y muchas luminarias menos refulgentes de la cultura que se acercaron a su choza en la sierra para recibir el don de la vidente o, al menos, la tonada de su sabiduría.
Soy mujer luz del día, dice.
Soy mujer luna, dice.
Soy mujer estrella de la mañana.
Soy mujer estrella dios.
Soy la mujer constelación guarache, dice.
Soy la mujer constelación bastón, dice.
Porque podemos subir al cielo.
Porque soy la mujer pura,
Soy la mujer del bien.
porque puedo entrar y salir del reino de la muerte.
Porque vengo buscando por debajo del agua,
desde la orilla opuesta,
Porque soy la mujer que brota,
soy la mujer que puede ser arrancada,
soy la mujer doctora, dice.
Soy la mujer yerbera, dice.
Y nuestra hermosa virgen de Guadalupe,
Y nuestra madre Magdalena....”
Canto curatorio de María Sabina
El 22 de noviembre de 1985 muere María Sabina, la mujer chamana de Huautla de Jiménez, Oaxaca, que representa la sabiduría ancestral en el manejo de los hongos sagrados, el teonanácatl, o los niñitos, como ella cariñosamente les decía.
Para entender su estatus hay que imaginar a la pequeña María atendiendo las almas de personajes como Gordon Watson, Aldous Huxley, Walt Disney, Bob Dylan y muchas luminarias menos refulgentes de la cultura que se acercaron a su choza en la sierra para recibir el don de la vidente o, al menos, la tonada de su sabiduría.
i love Maria Sabina...
ResponderEliminar