La Organización Mundial de la Salud estableció en 1988 al primero de diciembre de cada año el Día Mundial de la lucha contra el SIDA, con el objeto de que la población mundial hiciera conciencia del llamado mal del siglo, para el intercambio de información y la apertura de cauces de comunicación entre los infectados.
De los 6 casos reportados en México en 1983, en 1990 ya eran 2,587. Una década después, el año 1999 se registran 4,372 casos de sida que, acumulados en esos 17 años, hacen un total de 42,787 casos reportados, aunque los expertos calculan que, en un país como el nuestro, donde históricamente se ocultan las cifras reales, el total de enfermos de sida en México llegan a 67,700, mientras que los portadores de VIH pueden llegar a ser en la actualidad 270 mil, que por el momento tienen remedio relativo para su mal. Por lo menos tratamientos que retrasan el deterioro, lo aplazan. Y ahora se tiene una oportunidad.
La ignorancia nos pudo hacer creer que el sida es un problema de homosexuales, pero ya no, los números fríos y contundentes nos revelan otra cosa. En una ciudad como Puebla, por ejemplo, que ocupa el cuarto lugar nacional después de el DF, el Estado de México y Jalisco, de los 2,668 casos reportados hasta el 2008, 1,291 pertenecen a personas heterosexuales, 549 a bisexuales y 408 a homosexuales.
El sida es un asunto de todos. Quisiera recordar a mis queridos muertos y dedicarles este día: a Mario, Pepe, Rubén, Martiniano; dedicar un momento del día para pensar en aquellas otras víctimas que no conocemos pero que sabemos ahí: de los dispensarios del Conasida de aquí a la vuelta, a las barriadas de Johannesburgo. Y se sabe que la única forma de enfrentarlo es ordenando algunas partes de nuestra sexualidad. Siendo más responsables de nuestros cuerpos. Por eso es un asunto del sexo. Nuestro sexo.
De los 6 casos reportados en México en 1983, en 1990 ya eran 2,587. Una década después, el año 1999 se registran 4,372 casos de sida que, acumulados en esos 17 años, hacen un total de 42,787 casos reportados, aunque los expertos calculan que, en un país como el nuestro, donde históricamente se ocultan las cifras reales, el total de enfermos de sida en México llegan a 67,700, mientras que los portadores de VIH pueden llegar a ser en la actualidad 270 mil, que por el momento tienen remedio relativo para su mal. Por lo menos tratamientos que retrasan el deterioro, lo aplazan. Y ahora se tiene una oportunidad.
La ignorancia nos pudo hacer creer que el sida es un problema de homosexuales, pero ya no, los números fríos y contundentes nos revelan otra cosa. En una ciudad como Puebla, por ejemplo, que ocupa el cuarto lugar nacional después de el DF, el Estado de México y Jalisco, de los 2,668 casos reportados hasta el 2008, 1,291 pertenecen a personas heterosexuales, 549 a bisexuales y 408 a homosexuales.
El sida es un asunto de todos. Quisiera recordar a mis queridos muertos y dedicarles este día: a Mario, Pepe, Rubén, Martiniano; dedicar un momento del día para pensar en aquellas otras víctimas que no conocemos pero que sabemos ahí: de los dispensarios del Conasida de aquí a la vuelta, a las barriadas de Johannesburgo. Y se sabe que la única forma de enfrentarlo es ordenando algunas partes de nuestra sexualidad. Siendo más responsables de nuestros cuerpos. Por eso es un asunto del sexo. Nuestro sexo.
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