En 1917 en Rusia se escribe este día una página que nunca nadie imaginó. El longevo poder de los zares llegaba a su fin cuando Nicolás II abdica al trono a favor de su hermano, el gran Duque Miguel, quien renuncia de inmediato a favor del príncipe Lvov.
Era octubre en el calendario ortodoxo ruso, una fecha irreal e inexacta que ponía a Rusia, con una violenta voltereta, en la más cruda realidad marziana. O tal vez debería decir marxiana.
Era octubre en el calendario ortodoxo ruso, una fecha irreal e inexacta que ponía a Rusia, con una violenta voltereta, en la más cruda realidad marziana. O tal vez debería decir marxiana.
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