En 1853 muere en la ciudad de México el ciudadano de origen español, Juan de la Granja, a cuyas iniciativas se debió que el telégrafo eléctrico fuera introducido en México apenas cuatro años después de inventado y cinco años antes que en Francia.
En su momento, esta muerte causó tristeza y preocupación por el futuro de su empresa, puesto que ya se adivinaba la importancia creciente de su innovación. Dijeron los diarios:
El 6 de enero de 1953, El Siglo Diecinueve informó: "Defunción. Tenemos el sentimiento de anunciar que hoy a las seis de la mañana, ha fallecido el honrado y apreciable señor D. Juan de la Granja." El entierro se llevó a cabo al día siguiente en el panteón de San Fernando.
El Universal, misma fecha: "Esta muerte ha causado en esta ciudad y causará sin duda en toda la República una verdadera consternación, porque el señor De la Granja, por sus circunstancias personales, por sus sentimientos benéficos, y por el carácter de las empresas que sometía, había adquirido entre los mexicanos unas simpatías tan profundas como generales."
Juan Exhaixa en El Ómnibus el 10 de Marzo de 1853:
"Llegó en buena hora al mexicano suelo
Ese hijo ilustre de la culta España:
No ha derramar discordia ni cizaña,
Sino la paz, las artes, el consuelo.
"Sin esquivar el hondo mar de duelo
Que a nuestra patria desgraciada baña,
Nunca la contempló cual tierra extraña,
Aunque nació bajo distinto cielo...
"Hoy que la muerte con su mano fría
Oraba insensible en esta noble frente
La mano del no ser triste y sombría.
"Tras el postrer "adiós" del moribundo
Lanza un gemido América doliente
Y encuentra un eco en el antiguo mundo."
O muchos años después, don Artemio de Valle Arizpe:
"Al contemplar el incomprensible desbarajuste que había en la República y la incomprensión a su obra, se le llenó de amargura la boca a este hombre bueno (...) Apenas si se ha honrado la memoria de este hombre de acción y "más mexicano que muchos mexicanos", dando su nombre a una mísera calleja de barrio: la que fue San Jeronimito, ahora Juan de la Granja, en uno de los lugares más pobres y lúgubres de la ciudad. Y para que nada falte a su engrandecimiento, México le ha pagado con la más negra ingratitud el magno servicio que le prestó..." *
El telégrafo Morse, de hecho, inicia la era moderna de la telecomunicación, la eléctrica, de la que cada día dependemos más; dicho de otra forma, es el abuelo en línea directa de la Internet.
* Rafael Méndez Moreno El Telégrafo en el Destino Nacional, publicado por el autor en 1967, México, p. 225
Fotografía de la tumba de don Juan de la Granja
En su momento, esta muerte causó tristeza y preocupación por el futuro de su empresa, puesto que ya se adivinaba la importancia creciente de su innovación. Dijeron los diarios:
El 6 de enero de 1953, El Siglo Diecinueve informó: "Defunción. Tenemos el sentimiento de anunciar que hoy a las seis de la mañana, ha fallecido el honrado y apreciable señor D. Juan de la Granja." El entierro se llevó a cabo al día siguiente en el panteón de San Fernando.
El Universal, misma fecha: "Esta muerte ha causado en esta ciudad y causará sin duda en toda la República una verdadera consternación, porque el señor De la Granja, por sus circunstancias personales, por sus sentimientos benéficos, y por el carácter de las empresas que sometía, había adquirido entre los mexicanos unas simpatías tan profundas como generales."
Juan Exhaixa en El Ómnibus el 10 de Marzo de 1853:
"Llegó en buena hora al mexicano suelo
Ese hijo ilustre de la culta España:
No ha derramar discordia ni cizaña,
Sino la paz, las artes, el consuelo.
"Sin esquivar el hondo mar de duelo
Que a nuestra patria desgraciada baña,
Nunca la contempló cual tierra extraña,
Aunque nació bajo distinto cielo...
"Hoy que la muerte con su mano fría
Oraba insensible en esta noble frente
La mano del no ser triste y sombría.
"Tras el postrer "adiós" del moribundo
Lanza un gemido América doliente
Y encuentra un eco en el antiguo mundo."
O muchos años después, don Artemio de Valle Arizpe:
"Al contemplar el incomprensible desbarajuste que había en la República y la incomprensión a su obra, se le llenó de amargura la boca a este hombre bueno (...) Apenas si se ha honrado la memoria de este hombre de acción y "más mexicano que muchos mexicanos", dando su nombre a una mísera calleja de barrio: la que fue San Jeronimito, ahora Juan de la Granja, en uno de los lugares más pobres y lúgubres de la ciudad. Y para que nada falte a su engrandecimiento, México le ha pagado con la más negra ingratitud el magno servicio que le prestó..." *
El telégrafo Morse, de hecho, inicia la era moderna de la telecomunicación, la eléctrica, de la que cada día dependemos más; dicho de otra forma, es el abuelo en línea directa de la Internet.
* Rafael Méndez Moreno El Telégrafo en el Destino Nacional, publicado por el autor en 1967, México, p. 225
Fotografía de la tumba de don Juan de la Granja
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