Este día del año 1806 nace, como todos los mexicanos sabemos, Benito Juárez García, personaje de nuestra vida nacional que luego de 204 años ha generado en los mexicanos desde una ciega admiración hasta los odios más profundos y acendrados.
La leyenda retrata a un niño zapoteca de San Pablo Guelatao, Oaxaca, que interpreta música de flauta para sus ovejas. Luego, sigue en su biografía un periodo algo oscuro, hasta que don Benito vuelve a aparecer en la escena de la historia, ya como licenciado en leyes, en el papel de presidente de la Suprema Corte de Justicia.
Entonces inicia su carrera a la presidencia de la República que conocerá todos los obstáculos imaginables: desconfianza, racismo, invasiones extranjeras, divisiones, duplicación de gobiernos, ataques de la iglesia y un emperador austriaco que sienta sus reales en el país por cinco interminables años, con don Benito itinerante.
Aquí es donde la leyenda o la realidad nos da lo mejor de sí, pues vemos a don Benito luchar para recuperar la amenazada soberanía de su patria. Contra viento y marea, Juárez nos ofrece un ejemplo de fortaleza y presencia de ánimo, de tesón y voluntad, pues nunca le pasó por la cabeza dejar de luchar. Y esta es, sin duda, una de sus grandes herencias, por eso inventamos una frase que anticipa una indeclinable voluntad por resistir y, en realidad, una coraza contra todos los males: “lo que el viento a Juárez”.
La leyenda retrata a un niño zapoteca de San Pablo Guelatao, Oaxaca, que interpreta música de flauta para sus ovejas. Luego, sigue en su biografía un periodo algo oscuro, hasta que don Benito vuelve a aparecer en la escena de la historia, ya como licenciado en leyes, en el papel de presidente de la Suprema Corte de Justicia.
Entonces inicia su carrera a la presidencia de la República que conocerá todos los obstáculos imaginables: desconfianza, racismo, invasiones extranjeras, divisiones, duplicación de gobiernos, ataques de la iglesia y un emperador austriaco que sienta sus reales en el país por cinco interminables años, con don Benito itinerante.
Aquí es donde la leyenda o la realidad nos da lo mejor de sí, pues vemos a don Benito luchar para recuperar la amenazada soberanía de su patria. Contra viento y marea, Juárez nos ofrece un ejemplo de fortaleza y presencia de ánimo, de tesón y voluntad, pues nunca le pasó por la cabeza dejar de luchar. Y esta es, sin duda, una de sus grandes herencias, por eso inventamos una frase que anticipa una indeclinable voluntad por resistir y, en realidad, una coraza contra todos los males: “lo que el viento a Juárez”.
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