En 1965, ante la inquebrantable voluntad de lucha y dignidad del pueblo vietnamita, que no se doblaba, el gobierno yanqui lanza su famosa ofensiva Rolling Thunder que buscaba aniquilar de una vez por todas al vietcong. Por supuesto no lo logró, pero sí desató una de las matazones más lamentables de esa guerra que provocó una fuerte oposición antibelicista en los Estados Unidos de América, que atestiguaron por televisión el embarque cotidiano de decenas de bolsas negras que contenían los cadáveres de sus soldados. Y también advirtieron que los fines de su país eran menos nobles de lo que pregonaba el gobierno.
Las cifras de Rolling Thunder son escalofriantes. En los tres años que duró la ofensiva se utilizaron 860 000 toneladas de bombas en algo así como 300 mil misiones. Los norvietnamitas establecieron estrategias para protegerse de los bombardeos, como el uso sistemático de las alcantarillas, pero igual contabilizaron unos 52 mil habitantes muertos, en tanto que los atacantes perdieron 922 aviones con todo y tripulantes.
La sonrisa que Lindon B. Johnson ostentaba este día, paulatinamente, se fue desdibujando.
Las cifras de Rolling Thunder son escalofriantes. En los tres años que duró la ofensiva se utilizaron 860 000 toneladas de bombas en algo así como 300 mil misiones. Los norvietnamitas establecieron estrategias para protegerse de los bombardeos, como el uso sistemático de las alcantarillas, pero igual contabilizaron unos 52 mil habitantes muertos, en tanto que los atacantes perdieron 922 aviones con todo y tripulantes.
La sonrisa que Lindon B. Johnson ostentaba este día, paulatinamente, se fue desdibujando.
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