jueves, 3 de junio de 2010

Muere el hombre nace la Epístola


Unos días antes las fuerzas conservadoras del español Lindoro Cajiga aprehenden a Melchor Ocampo para presentarlo ante sus acérrimos enemigos: Leonardo Márquez y Félix Zuloaga. La cosa no pintaba nada bien y el paso de las horas, que después fueron días, hicieron temer a los liberales los más funestos resultados.

En efecto, el 3 de junio de 1861, don Melchor Ocampo, responsable directo de que los mexicanos matrimoniados hayamos tenido que escuchar una de las piezas rituales más vacías de la historia: su famosa Epístola, muere ahorcado a manos de los conservadores que terminaron perdiendo la contienda algunos años después.

En homenaje al mártir, nos sentenciaron al resto a escuchar su Epístola, que trata de una mujer que es un objeto y que el hombre la ha de tratar como si fuera ser humano, per secula seculorum.


1 comentario:

  1. Lo bueno es que los casados más recientemente nos la pudimos brincar, porque a mi sí me hubiera puesto de malitas.

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