jueves, 15 de julio de 2010

El adiós del Chacal


El 15 de julio de 1914 el agua le llega a los aparejos al usurpador Victoriano Huerta, que este día se ve precisado a renunciar al poder debido a las presiones del ejército constitucionalista, a la inconformidad popular y hasta al gobierno yanqui, que decidió desconocerlo.

En una cosa tuvo éxito victoriano Huerta durante su breve dictadura de un año y cinco meses, tras el asesinato del presidente Madero y el vicepresidente Pino Suárez en febrero de 1913: en pocos meses se echó a todo mundo encima, disolvió el congreso, asesinó a importantes diputados, se hizo muy impopular con las frecuentes levas de paisanos para alimentar los contingentes de su ejército y, por si fuera poco, enfureció a los gringos al conceder a los ingleses importantes concesiones petroleras que fueron interpretadas como una traición para los intereses estadounidenses. Chivo en cristalería, pues.

Huerta deja en el gobierno al licenciado Francisco Carvajal Gual, que lo cuidará un mes para pasarlo a Venustiano Carranza el 13 de agosto siguiente. En el exilio, enfermo de cataratas y cirrosis, muere en El Paso, Texas, en 1916.



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