viernes, 27 de agosto de 2010

Nervotitis


Cada rosa gentil ayer nacida,
cada aurora que apunta entre sonrojos,
dejan mi alma en el éxtasis sumida
nunca se cansan de mirar mis ojos
¡el perpetuo milagro de la vida!

Años ha que contemplo las estrellas
en las diáfanas noches españolas
y las encuentro cada vez más bellas.
Años ha que en el mar conmigo a solas,
¡y aun me pasma el prodigio de las olas!

(del poema Éxtasis)

El 27 de agosto de 1870 nace en Tepic, Nayarit, el poeta y diplomático Amado Nervo, autor de La Amada Inmóvil y cultivador de la lírica modernista que inicia el siglo XX mexicano con una poesía diáfana, musical, de métrica innovadora. A él debemos la inoculación de una especie de virus que circula en nuestra vena poética, fantásticamente cursi y atinada a la vez.

De la tragedia fatal él me ha salvado
Pues bastó sólo que me hallara inmerso
En un dramón de los suyos hecho en verso
Con la garante de llamarse Amado.

Y si la acción común construye un verbo
¿Cómo se escribirá el amor al alma?
Será que de la tempestad sigue la calma
O a la psicología de su apellido Nervo.

Lo dicho. Amado Nervo lo que creó fue una enfermedad, que los músicos mexicanos propagaron hasta la saciedad.



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