A finales del siglo XIX, cuando Marcos A. Jiménez tuvo que abandonar su Tacámbaro, Michoacán para dirigirse a la capital, escribió para su novia: Adiós Mariquita Linda, una canción que ha sido interpretada por los más célebres cantantes de nuestro país a lo largo de cien años.
Marcos Augusto Jiménez Sotelo nació el primero de septiembre de 1882 y aunque contaba con un talento musical innato, no fue la música la que le dio el sustento en su vida, sino el periodismo. Casi por accidente le tocó organizar el archivo del periódico El Imparcial, que terminó siendo una de las hemerotecas mejor organizadas de México, de tal suerte que Excélsior lo mandó llamar para que se encargara también de su archivo. Murió a los 62 años en tierras michoacanas.
No obstante que se le conocen al menos una decena de canciones, Adiós Mariquita… y otra clásica llamada Acércate a tu ventana (para que escuches mi voz) fueron suficientes para permanecer en los anales de la música popular mexicana.
Marcos Augusto Jiménez Sotelo nació el primero de septiembre de 1882 y aunque contaba con un talento musical innato, no fue la música la que le dio el sustento en su vida, sino el periodismo. Casi por accidente le tocó organizar el archivo del periódico El Imparcial, que terminó siendo una de las hemerotecas mejor organizadas de México, de tal suerte que Excélsior lo mandó llamar para que se encargara también de su archivo. Murió a los 62 años en tierras michoacanas.
No obstante que se le conocen al menos una decena de canciones, Adiós Mariquita… y otra clásica llamada Acércate a tu ventana (para que escuches mi voz) fueron suficientes para permanecer en los anales de la música popular mexicana.
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