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Aunque sufras un gran dolor


El 30 de septiembre de 1900 nace accidentalmente en un hotel de Pénjamo, Guanajuato, mientras sus padres españoles hacían una gira como actores de teatro, uno de los más grandes y polifacéticos artistas mexicanos: Joaquín Pardavé, que fue payaso, director, guionista, cantante, actor y compositor de temas tan populares como Negra consentida, Varita de nardo, La Panchita y Aburrido me voy, cuyas caracterizaciones de Susanito Peñafiel y el Baisano Jalil quedaron indelebles en la memoria artística mexicana. Bueno, hasta telegrafista fue en la estación Paredón de los Ferrocarriles Nacionales en su estado natal.

En las matines, de niño, me impresionó tanto su caracterización de baisano Jalil que creía que era real. Nunca vi un papá mexicano que fuera tan convincente como Susanito Peñafiel, la imagen viva de la derrota, de la debilidad frente a su autoritaria señora; era un actor excelso, en dura competencia contra otros grandes actores como los hermanos Soler. Todos ellos fueron los grandes maestros de la actuación en México, con adelantados discípulos como Sara García y el mismísimo Pedrito.

El baile del Rosana es un ejemplo de ello, luego de su frustrado intento por agarrarle la pierna a una señorita con el pretexto de que vende medias de seda, el paisano Jalil hace uno de sus numeritos, acompañado al piano por su esposa, Sara García, también de acento libanés, ante la avergonzada mirada de su hijo, Emilio Tuero:

http://www.youtube.com/watch?v=slCaaSzH4Vg


Luego de caracterizar ancianos toda su vida, Joaquín Pardavé muere de un derrame cerebral en 1955, antes de cumplir 55 años de edad, tal vez a raíz de uno de sus célebres corajes que también fueron famosos en su época.



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