En 1812, aprehendido don Leonardo Bravo, padre de Nicolás Bravo, es torturado y muerto a garrote vil. Morelos reacciona ante la infamia ordenando a Nicolás que fusile a todos los prisioneros en custodia, la mayoría de El Palmar, Puebla, apresados unas semanas antes.
Nicolás Bravo los reúne en un patio, les cuenta lo que ocurrió a su padre. Y cuando los prisioneros se preparan a morir, Bravo les da la libertad. En correspondencia, casi todos se pasan a su bando.
Nicolás Bravo los reúne en un patio, les cuenta lo que ocurrió a su padre. Y cuando los prisioneros se preparan a morir, Bravo les da la libertad. En correspondencia, casi todos se pasan a su bando.
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