Ir al contenido principal

La matanza de Cholula


La noche de un día como hoy de 1519 llega Hernán Cortés a las afueras de la ciudad sagrada de Cholula, donde acampa.

El 14 de Octubre ocurrió el lamentable genocidio efectuado en la ciudad sagrada de Cholula, Puebla.

Habiéndose establecido Cortés y su ejército en las afueras de esta ciudad ceremonial, en el año 1519, y al sospechar una conspiración en su contra, llama a los señores principales, los apresa y luego ordena una matanza general, en una acción que la historia conocerá como la Matanza de Cholula, donde mueren aproximadamente tres mil habitantes en unas cuantas horas, amén de la destrucción de gran parte de la ciudad debido al incendio ordenado por el propio conquistador.

En La visión de los vencidos, testimonios de informantes de Fray Bernardino de Sahagún, recopilados por el maestro León Portilla, narran la tragedia inolvidable de esa noche de octubre:

“Cuando se hubo llegado, se dieron gritos, se hizo pregón: los guías, y también los hombres del pueblo. Hubo reunión en el atrio del dios. Pues cuando todos se hubieron reunido, luego se cerraron las entradas: por todos los sitios donde había entrada. En el momento hay acuchillamiento, hay muertes, hay golpes.

- ¡Nada en su corazón temían los de Cholula!

No con espadas, no con escudos hicieron frente a los españoles. No más con
perfidia fueron muertos, no más como ciegos murieron, no más sin saberlo
murieron.

(…)

Por su parte, la gente humilde no más está llena de espanto. No hace más
que sentirse azorada. Es como si la tierra temblara, como si la tierra girara en
torno de los ojos. Tal como si le diera vueltas a uno cuando hace ruedos. Todo
era una admiración”.

A casi cinco siglos de distancia, el recuerdo de esta ruin acción sigue fresca en la memoria mexicana. Y sigue siendo abominable.




La visión de los vencidos, de Miguel León Portilla, disponible en la página de la UNAM: http://biblioweb.dgsca.unam.mx/libros/vencidos/

Ilustración: La Matanza de Cholula. Lienzo de Tlaxcala, 1552. La Visión de los vencidos. Miguel León Portilla, 1982.



Comentarios

Entradas populares de este blog

El Tentzo

El taller de la FEEP de Tzicatlacoyan, con financiamiento de la ONG española Ayuda en Acción, concluyó su escultura de papel maché con la representación del Tentzo, figura mítica de origen prehispánica situada en la parte alta del kiosco de la plaza principal de la comunidad de San Juan Tzicatlacoyan, Puebla. De acuerdo con la investigadora Antonella Fogetti ( Tenzonhuehue: El simbolismo del cuerpo y la naturaleza ), El Tentzo es una entidad “mitad dios y mitad no”, deidad antigua intrínsecamente buena, dadora de dones, que de acuerdo a la tradición tiene la facultad de asumir diferentes apariencias: catrín, charro, viejo barbón, anciana, mujer hermosa o animales diversos, que también podría ser interpretado como el famoso nahual o entidad similar. Hoy todos niegan venerar al Tentzo, pero las ofrendas periódicamente depositadas en su honor refieren todo lo contrario. Es una suerte de deidad negada pero viva, vigente. El Tentzo, cuyo nombre ostenta una montaña y la propia cordi...

Tratado de Bucareli

Tras haber cumplido tres años de gobierno, el 31 de agosto de 1923 el gobierno de Álvaro Obregón consigue reanudar las relaciones diplomáticas con Estados Unidos, de vital importancia para su gobierno, pero con una condición: la firma de un tratado que el senado mexicano había rechazado en primera instancia, pero que las presiones del gobierno y el asesinato del senador Fidel Jurado obligan a dar un viraje y aceleraron su aceptación. Durante años busqué el texto completo de este tratado que en la universidad nos había sido contado de manera inexacta. Ignoro las razones que suscitaron esa versión, que entre muchas escandalosas cláusulas reasaltaba una en la que se prohibía a México la producción de motores de combustión interna que prácticamente paralizaban el principal avance tecnológico de las primeras décadas del siglo XX. Como era de esperarse, neceé durante varios años y hasta pulí mi argumentación pues era un elemento clave a mi parecer para explicar el enanismo tecnológico de...

Yoquivo

Luz a la izquierda y atrás de ella su hermano Alfonso Escuché hablar de Yoquivo desde mi más tierna edad como el lugar de nacimiento de mi abuelita Luz. Siempre supe que estaba en la sierra de Chihuahua, pero no dónde. A pesar de haber sido mencionado innumerables veces, Yoquivo nunca fue destino de nadie cercano a la familia, hasta que Mario Rocha lo visitó en los años setenta para tramitar un acta de nacimiento de Luz. Que yo sepa es la única visita de un familiar a ese mítico lugar que imaginé de mil maneras diferentes. Con los años supe que estaba cerca de San Juanito, pueblo famoso e importante, pero tampoco sabía muy bien donde estaba San Juanito. Mi abuela abandonó Yoquivo para siempre cuando huyó con mi abuelo Leopoldo a vivir un prolongado exilio familiar que duraría décadas. Murió su madre sin que ella lo supiera oportunamente y, con el tiempo, toda su familia abandonó este pueblo. Sus hermanas, excepto Livia, que emigró a la capital del estado, se mudaron a los Estados Unido...