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Voto a bríos


En 1851 Puebla se convierte en una de las pocas ciudades del mundo con servicio de telégrafos. Se inaugura hoy la comunicación entre Puebla y el Distrito Federal en un cable práctico y delicioso: “Se manda embarque de camotes, recogerlos en Tacuba.” Pronto se percibió su utilidad.

La primera noticia que se transmito por telégrafo de Puebla a la ciudad de México indicaba que "había pasado la correspondencia extraordinaria del Paquete Inglés, de manera que la noche del cinco se supo aquí que habría de llegar al día siguiente por la mañana." (1)

El telégrafo, desde su aparición, cobró notoriedad. Tanto público como gobierno estaban satisfechos con sus promisorios servicios. Los elogios fluyeron desde el primer día:

"Es de advertir que la mayor parte de los que han ido hasta hoy a servirse del telégrafo, no lo han hecho por satisfacer meras curiosidades, sino por tener noticias interesantes para sus negocios, para sus giros y para sus cálculos comerciales", comenta el diario El Español el 3 de noviembre.

Su entusiasmo y el del público en general no era pasajero, el 12 el periódico recalca su satisfacción: "... los habitantes de Puebla están felices, pues encargan todo por esa vía. Sr. D. Fulano: mándeme Usted por la diligencia de la mañana un vestido así o asá; y el vestido está en poder de la señora a las cuatro de la tarde del domingo.- "Yo quisiera un cajón de camotes", dice hoy un goloso de México(...) y mañana a media tarde recibe sus camotes... ¿Pues y los ladrones? ¿y los raptores de doncellas? ¿y los suplantadores de firmas? Ya pueden tomar otro oficio, porque el telégrafo los alcanza, con una justicia inexorable.

- Es cierto que ha originado Ud. a mi cargo una libranza de mil pesos?", dice un comerciante de México a su corresponsal de Puebla.

-"No, voto a bríos, contesta el otro: "no pague Ud. porque es falsa"; y cuando vuelve el bribón estafador, le echan el guante, y me lo meten en chirona....¡Esto es magnífico! (2)


(1) Periódico El Español, 3 de noviembre de 1851
(2) Periódico El Español, 12 de noviembre de 1851, núm. 16 p. 6



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