
En 1922 es fusilado en Tepehuanes, Durango, el general Francisco Murguía, que perdió la proporción y se levantó en armas demasiado tarde.
Murguía fue maderista y luego carrancista leal. Acompaña a Villa en Durango y Chihuahua, y escolta a Carranza hasta su último refugio en Tlaxcalantongo.
Preso por un tiempo, vive luego en Estados Unidos, regresa a Durango y se levanta en armas contra el gobierno de Álvaro Obregón. Por eso, cuando lo aprehendieron lo fusilaron sin mayor trámite. “No la chifle que es cantada, mi general”.
Murguía fue maderista y luego carrancista leal. Acompaña a Villa en Durango y Chihuahua, y escolta a Carranza hasta su último refugio en Tlaxcalantongo.
Preso por un tiempo, vive luego en Estados Unidos, regresa a Durango y se levanta en armas contra el gobierno de Álvaro Obregón. Por eso, cuando lo aprehendieron lo fusilaron sin mayor trámite. “No la chifle que es cantada, mi general”.
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