El 11 de diciembre de 1910 nace en Veracruz María Antonia del Carmen Peregrino de Cházaro, mejor conocida como Toña la Negra, jarocha de cepa tropical que cantó al amor y a la vida en los mejores años del bolero mexicano.
Toña la Negra fue sin duda la principal intérprete femenina de Agustín Lara, a quien cantó con entusiasmo desde aquella primera vez cuando, siendo muy jovencita, se atrevió a ir a la casa del maestro a mostrarle su portentosa voz.
Esperó durante horas afuera de su casa acompañada de numerosa prole familiar, pero no la querían recibir. ¿Quién es? Es una jovencita veracruzana. ¿Qué quiere? Dice que no se irá hasta que lo haya visto a usted, maestro.
Por fin, a las tantas horas de espera, Agustín Lara la hizo pasar a su estudio. ¿Qué sabes cantar, negrita? Todas las canciones de usted, maestro, respondió Toña con marcado acento costeño. ¿Todas? A ver… ¿te sabes esta? Toña se la sabía, pero no sólo eso, sabía cantarlas con una gracia jarocha que Lara nunca hubiera imaginado. ¡Con lo que amaba Veracruz! Bibí, ven a oír esto. Toña cantó y cantó.
¿Y cómo te llamas? Mi nombre es María Antonia del Carmen Peregrino… No, para, para, que nombre tan largo. No, a partir de hoy te llamarás… La Negra Carmen. No, no suena bien. Carmen la jarocha. No, no, no. Serás… Toña la Negra. Yo me llamaré como usted diga, maestro Lara, yo lo que quiero es cantar. Te espero mañana en las oficinas de don Emilio, para que te conozca.
Agustín Lara no sólo aceptó ayudarla, sino que compuso en lo sucesivo muchas canciones inspirado en su voz. Era María Antonia… no, no, no: Toña la Negra.
Toña la Negra fue sin duda la principal intérprete femenina de Agustín Lara, a quien cantó con entusiasmo desde aquella primera vez cuando, siendo muy jovencita, se atrevió a ir a la casa del maestro a mostrarle su portentosa voz.
Esperó durante horas afuera de su casa acompañada de numerosa prole familiar, pero no la querían recibir. ¿Quién es? Es una jovencita veracruzana. ¿Qué quiere? Dice que no se irá hasta que lo haya visto a usted, maestro.
Por fin, a las tantas horas de espera, Agustín Lara la hizo pasar a su estudio. ¿Qué sabes cantar, negrita? Todas las canciones de usted, maestro, respondió Toña con marcado acento costeño. ¿Todas? A ver… ¿te sabes esta? Toña se la sabía, pero no sólo eso, sabía cantarlas con una gracia jarocha que Lara nunca hubiera imaginado. ¡Con lo que amaba Veracruz! Bibí, ven a oír esto. Toña cantó y cantó.
¿Y cómo te llamas? Mi nombre es María Antonia del Carmen Peregrino… No, para, para, que nombre tan largo. No, a partir de hoy te llamarás… La Negra Carmen. No, no suena bien. Carmen la jarocha. No, no, no. Serás… Toña la Negra. Yo me llamaré como usted diga, maestro Lara, yo lo que quiero es cantar. Te espero mañana en las oficinas de don Emilio, para que te conozca.
Agustín Lara no sólo aceptó ayudarla, sino que compuso en lo sucesivo muchas canciones inspirado en su voz. Era María Antonia… no, no, no: Toña la Negra.
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