El 27 de enero de 1756 en Salzburgo, Austria, nace un niño que perdió la inocencia casi de inmediato para convertirse en un genio admirado por todos y condecorado a tiernas edades: Wolfang Amadeus Mozart.
Su talento prodigioso fue revelado a los cuatro años de edad, cuando ya tocaba el clavecín. Tenía una memoria musical fuera de todo orden. A los once años, con sólo dos veces de escucharla, copió íntegro el Misere de Allegri; tocaba también el violín, y a los seis años improvisaba obritas para su padre, un estricto compositor de Salzburgo.
A los 35 años, Wolfang Amadeus Mozart murió de una fiebre infecciosa. Terminaban tres décadas de glorificación, que de alguna manera ayudó a configurar lo que sería el artista moderno.
Dos siglos y medio después, tan campante, Wolfang Amadeus Mozart vive su inmortalidad como un clásico inamovible de la historia musical.
Su talento prodigioso fue revelado a los cuatro años de edad, cuando ya tocaba el clavecín. Tenía una memoria musical fuera de todo orden. A los once años, con sólo dos veces de escucharla, copió íntegro el Misere de Allegri; tocaba también el violín, y a los seis años improvisaba obritas para su padre, un estricto compositor de Salzburgo.
A los 35 años, Wolfang Amadeus Mozart murió de una fiebre infecciosa. Terminaban tres décadas de glorificación, que de alguna manera ayudó a configurar lo que sería el artista moderno.
Dos siglos y medio después, tan campante, Wolfang Amadeus Mozart vive su inmortalidad como un clásico inamovible de la historia musical.
No hay comentarios:
Publicar un comentario