domingo, 30 de enero de 2011

La gracia de la nada


Víctima de la intolerancia, la tarde de este día, 30 de enero de 1948, el fanatismo acaba con la vida de Mahatma Gandhi, caudillo de la independencia de la India que profesó la tolerancia entre indios e islámicos. Y la paz entre las naciones y los seres humanos.

Tengo mis mejores sentimientos para personajes como Gandhi, es el vivo ejemplo de la santidad humana, un hombre que creía en sí mismo, que cultivaba con su hacer un mejor destino; un líder infinito que predicó con el ejemplo y logró desarmar cualquier argumento a favor de la confrontación violenta; es decir, logró sostener sus palabras sobre la paz, en paz.

Aprendí de él la mejor interpretación de la dignidad, humilde y enérgica a la vez, una marca indeleble en mi experiencia humana; me enseñó una actitud de vida para enfrentarme al mundo tanto como individuo social que como al yo interno que lo habita; supuso una elección en mi forma de ver el mundo desde la gracia de la nada.



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