miércoles, 12 de enero de 2011

Teoría y praxis


A veces pensamos con ingenuidad que la modificación de la ley es suficiente para suscitar los urgentes cambios que la sociedad va necesitando en sus distintos momentos históricos, pero la realidad se encarga de indicarnos que no es así. Primero llega la voluntad (seamos democráticos –por ejemplo), luego viene su asimilación social (¿qué vamos a ganar con ello?), le sigue la aplicación política (sí ganaste, pero no puedes gobernar), posteriormente el ensayo y error (no sé cómo pudimos perder, licenciado, pero no se preocupe, nos vamos a recuperar), hasta que finalmente (espero) se alcanzan las condiciones óptimas para hacerlo realidad (¿hiciste bien las cuentas? Sí, lic, perdimos) El desarrollo de esos cinco o más pasos puede demorar años, lustros o décadas. O siglos, dependiendo del cambio que se quiera realizar.

Esa es la lógica de la liberación de los esclavos en Estados Unidos hecha por Abraham Lincon a mediados del siglo XIX, ahora los negros eran libres en el papel, en la práctica pasaron muchas décadas para que la idea fraguara en la conciencia colectiva y se reflejara en la actitud social y legal. Un siglo después, el 12 de enero de 1948, la Corte Suprema de los Estados Unidos proclama la igualdad de blancos y negros en las escuelas públicas del país, aunque tardarían todavía muchos años en hacerse realidad, sobre todo en el sur.

Hoy, la presidencia del país…, etc, etc. La idea está clara.



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