Ir al contenido principal

El famoso y el otro


El nombre de Alexander von Humboldt es ampliamente conocido en Puebla, existe una importante institución educativa con su nombre al igual que una colonia del norte de la capital, tal vez como resultado de la visita que el científico alemán hizo a esta ciudad en los primeros meses de 1804, reforzada (tal vez) por la presencia alemana en Puebla, a raíz de la instalación de la fábrica de automóviles Volkswagen en los años sesenta. Lo que no sé es la razón por la que Aimé Bonpland, el médico y botánico francés que lo acompañó hombro con hombro en su viaje por América, sea un completo desconocido en estas tierras. No sólo no tiene colonia con su nombre, ni escuela, sencillamente es omitido de las referencias del histórico viaje por alguna clase de negligencia (o quizás en venganza de que la Peugeot no instaló una fábrica de coches). No lo sé.

Lo cierto es que el 22 de marzo de 1803, procedente del Perú, arriba al puerto de Acapulco la fragata española de Guayaquil con este par de distinguidos personajes: Alexander von Humboldt y Aimé Bonpland, científicos elegidos para una expedición del gobierno francés que nunca terminó por realizarse, pero que ellos llevaron a cabo por méritos propios para zarpar por fin en el año de 1799, en un viaje que duraría cinco años y los llevaría a visitar, antes de México, Venezuela, Colombia, Ecuador y Perú. Posteriormente fueron a Cuba y los Estados Unidos.

Debemos imaginar a estos dos exóticos personajes de edad mediana: 34 del barón por 30 de Aimé (que al llegar a tierras americanas decidió ser llamado en adelante Amado), descender cejijuntos en las calurosas costas guerrerenses. Gran mérito de ambos, pues Humboldt fue quizás más intuitivo para descubrir contrastes en tierra y en mar (descubre, por ejemplo, la corriente hoy llamada de Humboldt), pero en ningún modo puede despreciarse la labor de Aimé. El encargado de la recolección de plantas e insectos fue precisamente Aimé (60 mil especímenes, de los cuales 6 mil eran desconocidos en Europa) y junto a su colega fue coautor de la célebre colección Viaje a las regiones equinocciales del nuevo continente, aparecida en francés, en 13 volúmenes, entre 1816 y 1831, con tal éxito, que al arribar a París fueron recibidos por diez mil personas que los vitorearon y celebraron el final de la expedición.

Humboldt permanece en Europa, viaja por Rusia hasta los límites de China y muere en su natal Berlín: Aimé Bonpland, en cambio, retorna a su admirada América y se establece en Paraguay y luego en Argentina, donde muere muchos años después.



Comentarios

Entradas populares de este blog

El Tentzo

El taller de la FEEP de Tzicatlacoyan, con financiamiento de la ONG española Ayuda en Acción, concluyó su escultura de papel maché con la representación del Tentzo, figura mítica de origen prehispánica situada en la parte alta del kiosco de la plaza principal de la comunidad de San Juan Tzicatlacoyan, Puebla. De acuerdo a la investigadora Antonella Fogetti ( Tenzonhuehue: El simbolismo del cuerpo y la naturaleza ), El Tentzo es una entidad “mitad dios y mitad no”, deidad antigua intrínsecamente buena, dadora de dones, que de acuerdo a la tradición tiene la facultad de asumir diferentes apariencias: catrín, charro, viejo barbón, anciana, mujer hermosa o animales diversos, que también podría ser interpretado como el famoso nahual o entidad similar. Hoy todos niegan venerar al Tentzo, pero las ofrendas periódicamente depositadas en su honor refieren todo lo contrario. Es una suerte de deidad negada pero viva, vigente. El Tentzo, cuyo nombre ostenta una montaña y la propia cordill...

Resortes ocultos

Cuando estudiaba en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), en los años ochenta, Octavio Paz se atrevió a emitir unos juicios críticos sobre los antropólogos, la escuela en su conjunto reaccionó con indignación, incapaz de meditar en las palabras del escritor. Lo llenamos de vituperios y lo menos que le dijimos fue que era un aliado de Televisa, vocero de la derecha y cosas por el estilo. Muy pocos o ninguno leyó críticamente sus argumentos, por desgracia. Recuerdo que, entre lo más hiriente, Paz decía que la escuela se había convertido en una pasarela de modas de una clase media hippiosa y que todo se discutía ahí, menos la antropología mexicana. Yo terminaba entonces la carrera y buscaba afanosamente quién me dirigiera la tesis de, por cierto, antropología mexicana. No encontré ningún maestro interesado, ni ahí ni el Ciesas, donde por supuesto había algunos estudiosos del tema, pero que no tenían tiempo para un estudiante de licenciatura. Me dediqué entonces a ver a ...

El niño ahogado

El viejo dicho que “ahogado el niño se cierra el pozo” es una falacia. No hay tal, el pozo se cierra cuando la muerte del niño de hace pública, cuando es el colmo la corrupción y el desenfreno por ganar todo lo que se pueda del gobierno, donde está su compadre. La falsa preocupación de esa famosa frase del niño ahogado es en realidad la justificación para salirse por la tangente y expresar una ruidosa reclamación, que es lo que se espera de todo funcionario: ¡Godínez, basta de holgazanería, póngase a trabajar! Tal es el caso de la guardería de la familia Zambada, que desde hace dos años fue denunciada al gobierno de México por autoridades de Estados Unidos como lavadero de dinero sucio y que nada se había hecho al respecto. Ahora que salen las listas de guarderías del IMSS y se pone en evidencia la -por decir lo menos- negligencia de las autoridades, éstas afirman que sí, que en efecto desde 2007 está “siendo investigada”. Pero los ejemplos te los puedo envolver por kilo, para consumir...