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Rodríguez Alconedo



Para Tono en su cumple

En 1762 nace en Atlixco, Puebla, José Luis Rodríguez Alconedo, un personaje muy poblano cuyo nombre escucha uno nombrar a poco de estar en esta ciudad, una combinación de artista y luchador social singularmente apreciado en la historia local.

Rodríguez Alconedo pertenece a la Puebla barroca de las cúpulas de media naranja, de la biblioteca Palafoxiana, el coliseo, el Teatro Principal, el templo de la Compañía y la Concordia con su majestuoso patio de azulejos, de acuerdo a los apuntes de Pedro Ángel Palou; la misma Puebla de El Carmen y San Marcos; del Alfeñique, los Muñecos, el Alguacil Mayor y de la fuente de San Miguel, “el barroquismo en su mejor expresión…”*

En 1791 obtiene el grado de platero y tres años después el título de Académico de Mérito en la Academia de San Carlos, granjeándose el elogio de influyentes artistas como Manuel Tolsá. Pero su éxito estuvo acompañado de envidias y maledicencias, por lo que al despuntar el siglo XIX tuvo problemas con la Inquisición, que le acarrea cárcel y exilio, terminando en una cárcel española de la que pronto es absuelto por falta de méritos.

A su regreso a México esas mismas circunstancias lo orillan a unirse a la insurrección de José María Morelos y Pavón, quien lo nombra supertintendente de su Casa de Moneda, donde utiliza sus artes en la acuñación de monedas y la fabricación de cañones y arcabuses. Le toca encabezar el rescate de Leona Vicario del convento de Belén en la ciudad de México y los siguientes cuatro años se relaciona con las principales cabezas de la lucha independiente.

En 1815, en un ataque a Zacatlán, es aprehendido y sin demasiado trámite fusilado el primero de mayo de ese año. Un personaje singular, no cabe duda.


* Pedro Ángel Palou, Duermen también los dormidos, Gobierno del Estado de Puebla, 2010






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