A principios de los años treinta todo parecía indicar que tendríamos en México nuestro propio Charles Lindbergh, el célebre piloto de los viajes interoceánicos.
El 27 de abril de 1930, a bordo de su monoplano EMSCO de 450 caballos de fuerza, los pilotos Pablo Sidar y Carlos Rovirosa partieron de Balbuena, en la ciudad de México, con la idea de volar hasta Buenos Aires, Argentina. Un sueño a la medida de los tiempos.
Se sabe que salieron a tiempo y arribaron con bien a los estados del Sureste mexicano, donde fueron recibidos con gran entusiasmo. Se sabe que emprendieron el vuelo hacia el sur del continente, pero desde entonces nada se volvió a saber de ellos, hasta que los restos de la aeronave fueron localizados tras un infortunado accidente en un país de Centroamérica, el 11 de Mayo de ese mismo año. El sueño había terminado.
El 27 de abril de 1930, a bordo de su monoplano EMSCO de 450 caballos de fuerza, los pilotos Pablo Sidar y Carlos Rovirosa partieron de Balbuena, en la ciudad de México, con la idea de volar hasta Buenos Aires, Argentina. Un sueño a la medida de los tiempos.
Se sabe que salieron a tiempo y arribaron con bien a los estados del Sureste mexicano, donde fueron recibidos con gran entusiasmo. Se sabe que emprendieron el vuelo hacia el sur del continente, pero desde entonces nada se volvió a saber de ellos, hasta que los restos de la aeronave fueron localizados tras un infortunado accidente en un país de Centroamérica, el 11 de Mayo de ese mismo año. El sueño había terminado.
ES una lastima que en nuestro México Actual no existan Heroes como Pablo Sidar Escobar, Piloto y Caballero de los Aires.
ResponderEliminar