El primer signo de la indignación española que llenó las plazas públicas desde hace dos meses en ese país, y cuyas peticiones llegaron para quedarse en la agenda política, ocurrieron el 13 de julio de 1997 cuando, tras dos días de permanecer desaparecido, el concejal del Partido Popular de Ermua, Vizcaya, apareció herido de muerte la madrugada de este día, con dos tiros en la cabeza, para morir cuatro horas después.
Miguel Ángel Blanco era el nombre de una víctima más de las acciones de ETA, pero terminó siendo el símbolo del hartazgo nacional a la violencia irracional de los radicales vascos. Los papás y los abuelos de los indignados de hoy salieron a las calles a vociferar consignas contra ETA, contra la violencia, contra la impunidad: "ETA, escucha, aquí tienes mi nuca..."
El joven Miguel, de 29 años, pronto a casarse y con proyectos musicales, deportivos y políticos, se convirtió en un símbolo que aglutinó a millones de españoles en torno a una misma idea: paz, sensatez política, alto a los crímenes inútiles. Fueron los preindignados que hoy toman las plazas españolas contra el pacto del euro, la crisis económica y la clase política de su país. Creo.
El taller de la FEEP de Tzicatlacoyan, con financiamiento de la ONG española Ayuda en Acción, concluyó su escultura de papel maché con la representación del Tentzo, figura mítica de origen prehispánica situada en la parte alta del kiosco de la plaza principal de la comunidad de San Juan Tzicatlacoyan, Puebla. De acuerdo a la investigadora Antonella Fogetti ( Tenzonhuehue: El simbolismo del cuerpo y la naturaleza ), El Tentzo es una entidad “mitad dios y mitad no”, deidad antigua intrínsecamente buena, dadora de dones, que de acuerdo a la tradición tiene la facultad de asumir diferentes apariencias: catrín, charro, viejo barbón, anciana, mujer hermosa o animales diversos, que también podría ser interpretado como el famoso nahual o entidad similar. Hoy todos niegan venerar al Tentzo, pero las ofrendas periódicamente depositadas en su honor refieren todo lo contrario. Es una suerte de deidad negada pero viva, vigente. El Tentzo, cuyo nombre ostenta una montaña y la propia cordill...
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