El 6 de julio de 1997 los mexicanos vivimos una jornada electoral largamente anhelada, que aunque no lo sabíamos entonces, era el preludio de otro acontecimiento todavía más contundente en el 2000: la derrota del PRI en la cámara baja y el Distrito Federal.
La noche de este día, el inexpresivo presidente Ernesto Zedillo aparece en cadena nacional para decir estas palabras:
“A estas horas, sin embargo, gracias a los conteos rápidos, debidamente acreditados, y a las declaraciones que los propios partidos han hecho, considero propio, sin demérito de lo que determine la autoridad electoral, expresar algunos reconocimientos. (…) Quiero felicitar muy sinceramente al Ing. Cuauhtémoc Cárdenas por el triunfo que, conforme los datos de la votación hasta ahora disponibles, ha obtenido para la Jefatura del Gobierno del Distrito Federal. (…) Considero que es prematuro referirme a otros posibles resultados de las elecciones federales y estatales que hoy hemos tenido. Podré hacerlo el día de mañana, cuando las autoridades competentes hayan proporcionado la información pertinente, con el suficiente grado de confiabilidad”.
Y en efecto, las autoridades electorales de aquel IFE de José Woldenberg informaban del fin de la hegemonía priísta en la legislación mexicana. Por primera vez en la historia, el PRI pierde la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados. Ese mismo día ocurrió un terremoto de magnitud 6,8 en Chile, pero el sismo político mexicano no nos permitió solidarizarnos adecuadamente con nuestros amigos chilenos, había tantas cosas que reconstruir aquí.
La noche de este día, el inexpresivo presidente Ernesto Zedillo aparece en cadena nacional para decir estas palabras:
“A estas horas, sin embargo, gracias a los conteos rápidos, debidamente acreditados, y a las declaraciones que los propios partidos han hecho, considero propio, sin demérito de lo que determine la autoridad electoral, expresar algunos reconocimientos. (…) Quiero felicitar muy sinceramente al Ing. Cuauhtémoc Cárdenas por el triunfo que, conforme los datos de la votación hasta ahora disponibles, ha obtenido para la Jefatura del Gobierno del Distrito Federal. (…) Considero que es prematuro referirme a otros posibles resultados de las elecciones federales y estatales que hoy hemos tenido. Podré hacerlo el día de mañana, cuando las autoridades competentes hayan proporcionado la información pertinente, con el suficiente grado de confiabilidad”.
Y en efecto, las autoridades electorales de aquel IFE de José Woldenberg informaban del fin de la hegemonía priísta en la legislación mexicana. Por primera vez en la historia, el PRI pierde la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados. Ese mismo día ocurrió un terremoto de magnitud 6,8 en Chile, pero el sismo político mexicano no nos permitió solidarizarnos adecuadamente con nuestros amigos chilenos, había tantas cosas que reconstruir aquí.
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