Parte dos. El drama de la
telefonía. Hablando del servicio telefónico, en el México de los años
treinta ocurrió una cosa muy singular entre las dos empresas telefónica
extranjeras que recibieron concesiones del gobierno para explotar el servicio
público, y Puebla no fue la excepción: la Compañía Mexicana, que de mexicana
sólo tenía el nombre, pertenecía a la Bell
Company de los Estados Unidos y la Ericsson, de la transnacional sueca. El
gobierno permitió que las líneas de cada una crecieran cada una por su lado y,
para la década de los años treinta, era una situación bastante confusa, pues
los usuarios de teléfonos únicamente podían comunicarse si contaban con la
línea de la misma compañía. Las empresas tuvieron que poner teléfonos de ambas
compañías paras prestar un servicio eficiente al público, de tal forma que el
Cinema Royal, por ejemplo, que estaba en la avenida Reforma número 112, tenía
con la Ericsson
el teléfono 68-36, mientras que con la Compañía Mexicana
el 17-81. O la tienda de estandartes y banderas El Havre, con teléfonos 21-42
de Mexicana y 30-42 de Ericsson. Esta singularidad se repetía en dieciocho
ciudades de la República ,
Puebla entre ellas, y duró diecisiete años más, hasta que en 1947 el gobierno
creó la empresa Teléfonos de México que fusionó las instalaciones de aquellas
compañías. (4)
“¡Riiinnng!” Unos timbrotes de este
tamaño. Pero sí se oía, pero eran como unas cajas así de madera, grandes y ya
luego vinieron los otros como de cajita, y luego ya vinieron los de la
Mexicana, de mesa. Y tuvimos Mexicana pero no por mi papá, que prefería nomás
Erickson. Desde que yo me doy cuenta, Erickson siempre fue nuestro teléfono,
pero como mi hermana tuvo un novio que trabajaba en México y era jefe, mando
poner un Mexicana, porque, pues, él hablaba ¿no? Y él nomás trabajaba hasta el
viernes. El viernes venía de México y se estaba aquí, así es de que por eso
teníamos dos teléfonos, Mexicana y Erickson, pero mi papá no pagaba Mexicana,
el novio lo mandó poner para hablar con mi hermana. Si hablaba, pues él pagaba.
Y ya les contábamos a los amigos que tenían Mexicana, y si ellos tenían también
Mexicana, pues hablaban también. Pero en esos años mi papá dijo “no, qué
teléfono ni que nada”, pero no papá, lo va a pagar él. “Ah, bueno...” (Doña Judith
Cid de León)
Función doble
Cine Variedades y cine Constantino
Esposa anónima
Por
Robert Taylor, Loretta Young y Patsy Kelly.
“Variedades” Equipo sonoro “Westers
Electric, Área Ampliada.
Hoy miércoles 6 de enero de 1937,
función de 4 a
11 pm, permanencia voluntaria.
Programa especial dedicado a los niños: Laurel y Hardy en Dos
pares de mellizos, 8 partes, la pareja de Gordo y Flaco tienen hermanos
gemelos. Las carcajadas se han duplicado
Variedades 4:35 y 8.15; Constantino
6,05 y 9,45
Precios: Variedades 60, 40 y 20;
Constantino 45, 30 y 15 (centavos) Todos los niños pagan.
Estreno de los noticiarios Fox y
Metrotone. Vistas exclusivas de la revolución en España en nuestro noticiero
Fox. Pasará en el Variedades a las 4 y a las 7:00; en el Constantino a las 5:20
y a las 9:50 horas. (5)
Cine poblanos
En los años treinta nuestras diversiones
se circunscribían a unos cuantos paseos por el zócalo y la asistencia asidua a
los cines, como cuando exhibían en el Cinema Royal El terror de los mares, en tres partes, y nuestra tía la quería
ver. El papá ya hizo cálculos financieros. Nadie se quiere perder Sangre ardiente, con Marina Roos y Hans
Stube, la propaganda del 6 de enero de 1937 dice que será una película de
costumbres húngaras, música de cuerdas, ballets encantadores y dramáticas
carreras de caballos. La proyección será en nueve partes y el programa dura en
total tres horas, con funciones a las 6.00 y a las 9.25
En Puebla hay tres cines: el
Variedades, el Constantino y el más nuevo, el Royal, la entrada a Luneta cuesta
60 centavos. Y se aclara: “Todos los niños que ocupen butaca pagarán boleto”.
Aunque hay permanencia voluntaria, los precios son accesibles para todo
público, sobre todo el miércoles, pues ya desde entonces existía el miércoles
popular. El Variedades cobraba 60, 40 y 20 centavos, el Constantino 45, 30 y 15
centavos. Los domingos las funciones empezaban a las 4 de la tarde y terminaban
hasta las once o doce de la noche. Era extraño salir en aquellas noches
poblanas de silencio sepulcral. La ciudad dormía a esas horas. (6)
No se la pierda
Sensacional, emocionante, novedosa
¡El
Fakir Maldito!
Hablada en inglés e interpretada por
Philipss Brarringtou, Misha Auer y Ralph Lewis.
Los secretos y las artimañas de que
se valen los hipnotizadores. Charlatanes mostrados en la pantalla por una trama
altamente interesante.
Luneta 60 centavos. Todos los niños
que ocupen butaca pagarán boleto.
Cinema Royal, Nueva empresa mexicana,
Reforma num. 112,
Teléfonos: Ericsson: 68-36 Mexicana:
17-81 (7)
Y después del cine…
En el callejón del Variedades estaban
las gordas, que decía uno, las chanclas, los pambazos y las tortas, también. Se
acostumbraba que se metía uno al cine Coliseo, al cine Variedades, metía uno
sus bolsas de tortas, cosa que ahora ya no permiten; y andaban vendiendo
refrescos, paletas, con su caja dentro del cine, y ahí mismo pedía uno un
refresco, y se lo servían a uno, y ya se comía uno las tortas con el refresco.
Películas americanas muy buenas, las de Gary Cooper, las de Bety Davis,
musicales, las de Lauren Bacall, Humprey Bogart, y así. Y se acostumbraba que
se daban dos películas en la misma tarde. (Don Carlos Alberto Julián Galis)
Moda
El
cine era nuestra ventana al mundo, donde las jóvenes poblanas veían los cambios
en la moda, en la actitud de las mujeres representadas con estoicismo
escandinavo por Greta Garbo o la temperamental Bety Davies. Los caballeros, por
su parte, forjaban arquetipos en actores como Víctor Mature y Robert Taylor, de
carácter fuerte pero de impecable moral y valentía. Y claro, seductores. Los
hombres, que empezaban a serlo como a los dieciséis, diecisiete años, usaban
gabardinas y sombreros al estilo –sin quererlo- de Al Capone y Eduard G.
Robinson. Trajes grises de finas líneas blancas verticales. Casimires
italianos, lanas inglesas. Sombreros de fieltro grises, con una banda negra en
las sienes de aquellos caballeros, nuestros abuelos, que caminaban con sus esposas
a la iglesia o al cine o simplemente a dar una vuelta al zócalo y observar la
catedral.
La moda de las mujeres estuvo marcada
por una figura de hombros anchos y caderas relajadas. Fue la década de los
botones, cuando el uso de resinas sintéticas propició el uso algo histérico de
botones de todos tamaños y colores. Como no recordar el vestido de la
secretaria de aquella fábrica, de abundantes botones, que Chaplin recrea en Tiempos Modernos, cuando siente la
imperiosa necesidad de atornillarlos. Y la llegada de las medias, aunque
tardíamente, en 1939, cuando las medias de lana que todas tenían, y las de
seda, que pocas tenían, fueron sustituidas por el maravilloso nylon.
4) La Raza de la hebra, historia del telégrafo Morse en México, BUAP, 2004, L . Noyola, p. 69-70
5) Archivo histórico municipal de Puebla. Cartel 112
7) Ibid, Cartel 109
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