Dice la anécdota que así recibió el anciano presidente Adolfo Ruiz Cortines a su compadre Muñoz para expresarle con cínico humor que había decidido elegir a Adolfo López Mateos para sucederlo en la presidencia de México: ¡Perdimos, compadre!
Con un semblante similar los cínicos anulacionistas amanecimos hoy con la noticia nada sorpresiva de la aplastante victoria del PRI y la consecuente derrota del ineficaz Partido Acción Nacional. Amén de la victoria que cantan algunos anulacionistas con su 6 % nacional (10 en el DF), lo cierto es que contribuimos poderosamente a la victoria priísta y la derrota de todos los demás (con excepción de los oportunistas verdes que ahora serán el fiel de la balanza y que venderán mucho más caro su frívolo amor… a quien se deje)
En Puebla todo transcurrió “normalmente”, como nos tienen bien acostumbrados los gobiernos priístas desde hace mucho tiempo. Se reportaron 163 incidentes y durante todo el día, según informa La Jornada local, los partidos de oposición “denunciaron el uso del aparato gubernamental del estado y los municipios a favor del tricolor, la utilización de la fuerza pública para amedrentar a los ciudadanos, así como la injerencia de la iglesia católica con llamados a votar por el PRI”. Por alguna razón no nos sorprende. Carro completo para el PRI y más soberbia y sumisión entre gobernantes y gobernados los próximos tres años.
Triunfo pírrico, sin embargo, es el que logramos en nuestra modesta casilla electoral del distrito 11 de la ciudad de Puebla, sacando un dignísimo tercer lugar, a sólo dos votos del partido tricolor. Así quedó en la sección 1186 básica, contigua 1 y contigua 2: PAN con 364, PRI con 166 y Nulos con 164 votos. El abstencionismo –de acuerdo a un consejero electoral Sergio Cházaro- fue de 60% en el Estado, mientras que a nivel estatal los anulistas logramos el 8%
Al mal tiempo buena cara. Ayer pudimos ver que, luego de tantos esfuerzos y dineros metidos en la organización electoral, el IFE demostró una vez más su mayoría de edad para la realización de estos eventos que marcarán la pauta de la política mexicana en los próximos años: elecciones libres y pacíficas y votos bien contados en la mayoría de los casos, donde sucesos lamentables como el de la Costa Grande de Guerrero, donde unos sicarios degollaron a un grupo de votantes, son ahora excepciones extraordinarias que tienen más que ver con el estado de violencia que priva en muchas entidades, que con la elección misma. Y otra cosas chuscas y muy acartonadas como el mensaje del consejero presidente anoche al cierre de las casillas de votación. Con su magnética personalidad, don Valdés Zurita se las arregló para de-le-trear un mensaje muy cursi sobre la democracia, a la vez que traducía –supongo- sus propias palabras en lenguaje de sordomudos. Francamente patético, al igual que el presidente Calderón, con cara de asterisco perdedor, tratando de convencer a los mexicanos de que debemos tratar de convencer a los del PRI para que no abusen de las prerrogativas de su victoria. Fuera de eso, el IFE demostró que está maduro para llevar a cabo elecciones plausibles, ahora falta que los partidos nos permitan abrir una rendijita de expresividad a los ciudadanos y podamos ver, en un futuro no muy lejano, elecciones donde elijamos autoridades preocupadas por resolver los incontables problemas nacionales, pues sin casi ningún recurso de organización, en unas cuantas semanas, los abstencionistas demostramos que estamos ahí, dispuestos a jugar el juego de la democracia, humildes incluso, en espera de algún día poder expresar nuestra opinión con mayor provecho. Entonces se puede decir que sí ganamos.
Con un semblante similar los cínicos anulacionistas amanecimos hoy con la noticia nada sorpresiva de la aplastante victoria del PRI y la consecuente derrota del ineficaz Partido Acción Nacional. Amén de la victoria que cantan algunos anulacionistas con su 6 % nacional (10 en el DF), lo cierto es que contribuimos poderosamente a la victoria priísta y la derrota de todos los demás (con excepción de los oportunistas verdes que ahora serán el fiel de la balanza y que venderán mucho más caro su frívolo amor… a quien se deje)
En Puebla todo transcurrió “normalmente”, como nos tienen bien acostumbrados los gobiernos priístas desde hace mucho tiempo. Se reportaron 163 incidentes y durante todo el día, según informa La Jornada local, los partidos de oposición “denunciaron el uso del aparato gubernamental del estado y los municipios a favor del tricolor, la utilización de la fuerza pública para amedrentar a los ciudadanos, así como la injerencia de la iglesia católica con llamados a votar por el PRI”. Por alguna razón no nos sorprende. Carro completo para el PRI y más soberbia y sumisión entre gobernantes y gobernados los próximos tres años.
Triunfo pírrico, sin embargo, es el que logramos en nuestra modesta casilla electoral del distrito 11 de la ciudad de Puebla, sacando un dignísimo tercer lugar, a sólo dos votos del partido tricolor. Así quedó en la sección 1186 básica, contigua 1 y contigua 2: PAN con 364, PRI con 166 y Nulos con 164 votos. El abstencionismo –de acuerdo a un consejero electoral Sergio Cházaro- fue de 60% en el Estado, mientras que a nivel estatal los anulistas logramos el 8%
Al mal tiempo buena cara. Ayer pudimos ver que, luego de tantos esfuerzos y dineros metidos en la organización electoral, el IFE demostró una vez más su mayoría de edad para la realización de estos eventos que marcarán la pauta de la política mexicana en los próximos años: elecciones libres y pacíficas y votos bien contados en la mayoría de los casos, donde sucesos lamentables como el de la Costa Grande de Guerrero, donde unos sicarios degollaron a un grupo de votantes, son ahora excepciones extraordinarias que tienen más que ver con el estado de violencia que priva en muchas entidades, que con la elección misma. Y otra cosas chuscas y muy acartonadas como el mensaje del consejero presidente anoche al cierre de las casillas de votación. Con su magnética personalidad, don Valdés Zurita se las arregló para de-le-trear un mensaje muy cursi sobre la democracia, a la vez que traducía –supongo- sus propias palabras en lenguaje de sordomudos. Francamente patético, al igual que el presidente Calderón, con cara de asterisco perdedor, tratando de convencer a los mexicanos de que debemos tratar de convencer a los del PRI para que no abusen de las prerrogativas de su victoria. Fuera de eso, el IFE demostró que está maduro para llevar a cabo elecciones plausibles, ahora falta que los partidos nos permitan abrir una rendijita de expresividad a los ciudadanos y podamos ver, en un futuro no muy lejano, elecciones donde elijamos autoridades preocupadas por resolver los incontables problemas nacionales, pues sin casi ningún recurso de organización, en unas cuantas semanas, los abstencionistas demostramos que estamos ahí, dispuestos a jugar el juego de la democracia, humildes incluso, en espera de algún día poder expresar nuestra opinión con mayor provecho. Entonces se puede decir que sí ganamos.
Quiero pensar que en el primer párrafo tocaba "anulacionistas" en lugar de "abstencionistas". Y yo insisto, matemáticamente da lo mismo abstenerse que anular (salvo para las leyes sobre recontar votos a mano). Moralmente no da lo mismo, asi que la culpa de la victoria del PRI es tanto de los otros partidos como de los abstencionistas antes que de los anulistas.
ResponderEliminarMe da curiosidad saber por que no mencionas al PRD. Yo creo que sus cifras también son significativas.
En efecto, era anulistas en lugar de abstencionistas. Me ganó el subconsciente. Y si juntamos abste con anu pues la victoria es aplastante, del 68%, pero es trampa.
ResponderEliminarEl PRD en Puebla prácticamente no existe, lo componen remanentes de un PRI muy trasnochado y de la anquilosada izquierda universitaria. En mi casilla tuvo 7-7-12 respectivamente, 26 votos en total. Y así en todo el estado. Por eso no lo consideré, perdón. Gracias por el comentario.