lunes, 11 de enero de 2010

55


Sergei:

Una falla mecánica a mi estupidez numerológica me permite recordar que hoy es tu cumpleaños: felicidades. Es cierto que 55 años no es un número emblemático, fatídico ni de la suerte. Tampoco numera o exhibe una posición sexual (podrías experimentar, nomás cuida de no romperte el cuello), un grupo de países no alineados, el nombre de un bar, de alguna película de Fellini, o el imposible día de un mes imposible de ningún calendario. No, 55 no es sino el medio tramo de una década que te echa de cabeza a la mentada vejes; un punto que ya no es frontera sino territorio nacional de la adultez plena, de edad madura, de una vida ya muy vivida; de una carretera en donde se han pagado casi todos los peajes. Ve por tu retrovisor ¿ves un güey que viene a toda velocidad detrás de tí? Soy yo.

Después de romperme la cabeza con el 55 he llegado a conclusiones más o menos sensatas: en efecto no designan ningún hito de la numerología humana, pero son simpáticos, son prácticos, sencillos, simples, como la edad misma. Y además -esto se me acaba de ocurrir en un alarde de brillantez-, sumados, designan diez. Pues bien: tienes un diez. Felicidades por tu diez.

Ahora sólo espero que sí sean 55, pues 54 echarían por la borda toda mi elaborada especulación (además de que este número sí designa una posición sexual que te recomiendo, nomás tengan cuidado, no se vayan a romper el cuello), en fin. Un abrazo.

(…)

Gracias Polk. Sí, vale tal elaboración para los 55, que pasan hoy. Lo malo de la imagen del retrovisor es que lleva a plantar el parabrisas en un frente que ya no se arroja tan rápido como el paisaje de los años idos. Eso sí, el güey que observo detrás definitivamente tiene que abrir la ruta, Polank, eres una maravilla, y vuelves muy placentero este pasaje por la posición 55. Y aquí confieso la ignorancia en torno al 54: si él es el 5, el barrigón tendrá problemas de alcance; si ella el 4, su trasero parece pequeño pero lucidor, y doblemente difícil para la barriga plena que lo acomete; claro que también el 4 parece masculino, con una clara erección que carga al vacío; el 5 para ella sienta bien para una mexicanísima petacona de deslucidas pencas mamatorias. Qué hacer si no esperar que el guionista explique sus elevados propósitos aritméticos. Y mandar un abrazo viejo.


1 comentario:

  1. Muchachos: ¿ya probaron el 1691? se los recomiendo. Felicidades al Cheli.

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