Por primera vez se le presenta a la oposición la posibilidad de sacar al PRI del poder en el Estado de México, pero hay un obstáculo, Encinas y su comprensión de la política, o peor, AMLO y su extraño capricho de salirse siempre con la suya, lo que rara vez ocurre. Ciudadanos políticamente diletantes como el que esto escribe, que difícilmente votarían por el PAN, son reunidos en esta combinación contranatura con ciudadanos que nunca votarían por el PRD para formar una fuerza ciudadana, ciertamente ambigua, que el año pasado demostró su efectividad en Puebla y Oaxaca. Pragmáticamente no es el momento de discutir si de la unión del amarillo con el azul resulta una cacofonía cromática, pues siendo más pragmáticos aún ni el PAN ni el PRD se distinguen por la claridad de sus ideologías ni mucho menos el respeto a los programas originales que les dieron vida como partidos políticos. Se trata de fortalecer un partido gobernante en franco y decidido declive y a una izquierda fragmentada a la que le vendría muy bien un poco de coherencia frente a las elecciones del 2012. El único que no se beneficia con todo esto es el PRI, pero, brujo, de eso se trata. A menos que AMLO, con su proverbial necedad, decida jugar con sus propias cartas marcadas. Marcadas para la derrota, habría que agregar. Pero ¿a qué juegan AMLO y Encinas? ¿o debería mencionar solamente a AMLO, porque Encinas se maneja como un humilde y servidor mandadero del político tabasqueño? Todos estaríamos impresionados con la integridad de aferrarse a la idea de no pactar con el PAN desde la izquierda, pero AMLO lo hubiera pensado mejor a la hora de apoyar la coalición PAN-PRD en Oaxaca porque, al haberlo hecho el año pasado, ya no tiene una razón ideológica para oponerse ahora. Es decir, no se puede ser íntegro un día y al día siguiente no. Eso no es jugar limpio. Eso es crear confusión en un, de por sí, confundido electorado. Ignoro las razones profundas de AMLO para oponerse a un pastel mexiquense que se sirve a la oposición con velotas y todo, ¡es la segunda fuerza electoral del país, de más de diez millones de votantes!, pero si no es para ayudar a Peña Nieto y al PRI para que terminen de ganar las elecciones del 2012, no sé lo que es. Hago votos para que Encinas cambie su postura y asuma la candidatura de la coalición. Veremos, dijo el ciego.
* La foto de Andrés Manuel Encinas, travesura del autor.
Eso sin contar con que AMLO es muy afecto a "preguntarle al pueblo lo que quiere", siempre y cuando el pueblo sean los que están frente a él en una plaza. Ya si es una votación organizada, entonces no hay que oir al pueblo, o eso no es el pueblo, o yo ya no entiendo qué onda.
ResponderEliminarO sea que el pueblo es pueblo solamente si está él frente al pueblo, si se le ocurre al pueblo hacer algo sin que él esté presente, entonces deja de ser pueblo. Yo tampoco entiendo nada. Yo, por ejemplo ¿soy pueblo?
ResponderEliminarGracias por tu comentario, pero ¿acaso eres pueblo?